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Darío Brizuela (1994, San Sebastián) le ha cambiado la vida. Ya no es aquel jovencito imberbe que entusiasmaba como promesa del baloncesto español en las filas del Estudiantes, con un rol de jugador franquicia. Ahora es padre de su primer hijo, nacido en Málaga hace unas semanas, y en la pista no tiene el papel de salvador en cada partido. Es un jugador más completo, un talento más en el engranaje de Ibon Navarro que tiene “muchas ganas” de Copa, de victoria.
El escolta vasco “está bien físicamente y muy a gusto con el equipo”, cuenta a este medio en una charla preludio de lo que se viene, un duelo al todo o nada contra el
Barcelona (jueves, 21.30 horas) en un partido que analiza con templanza y confianza en el plan de Ibon para tumbar al gigante.
“Si planteamos un partido muy duro contra el Barça, tendremos nuestras posibilidades. Es un equipo con muchísimo talento, y encima vienen con jugadores que están en muy buena forma”, reconocía la Mamba Vasca, que reivindica que el Unicaja es “un equipo muy sólido atrás, por lo que tenemos que ser duros e intentar correrles. Si conseguimos defender bien y rebotear y ponerles a correr, va a ser clave”.
Ahonda en un aspecto interesante y es el de agitar el juego al equipo de Saras Jasikevicius.
“Si logramos que el partido se vuelva loco, nos conviene a nosotros. Tenemos jugadores con muchísimo talento que pueden romper un partido. Si al final es un encuentro
lento, de cinco para cinco, yo creo que vamos a sufrir más”, añadía.
Se está viendo a un Unicaja que fluye en mitad del caos, del desorden baloncestístico. A campo abierto, es un torbellino: exteriores veloces y de buen bote en transición e interiores capaces de tener esa movilidad y verticalidad para finalizar pronto y bien. Brizuela sabe que en contextos así, el equipo no está incómodo, sino todo lo contrario. “Somos un equipo muy unido, nos encanta jugar juntos y
esta Copa del Rey da favor a ese contexto de locura. Así que creo que podemos
hacer un gran papel”.
Al torneo copero se llega tras dos tropiezos contra Gran Canaria y Baskonia en Liga que dejaron un poso de aprendizaje para este equipo, acostumbrado a ganar, pero que no ha sido capaz de tumbar a los equipos de arriba. “La sensación del equipo es buena a pesar de las dos últimas derrotas. Hicimos buen trabajo en general, pero tuvimos minutos de desconexión al final. Hay veces que tenemos que ser más inteligentes a la hora gestionar una ventaja”, opina Brizuela.
La Copa y un reto personal
Al donostiarra le gusta “la competición fuerte, jugar contra equipos de Euroliga”. De hecho, contra el Barça suele crecerse y fue precisamente ante este rival y en cuartos de Copa (2021) cuando logró su mayor anotación, aquellos
33 puntos que no valieron para tumbar al Barça en la prórroga.
La facilidad anotadora del vasco le ha permitido sumar 72 puntos en solo cuatro apariciones en Copa, repartidas en las ediciones de 2020 y 2021. Con estos números ya es el quinto máximo anotador del Unicaja en la competición, a solo seis puntos de superar a Marcus Haislip (77) y a
16 tantos de igualar a
Berni Rodríguez, que lidera la clasificación con 88 dianas.
Tiene a tiro convertirse en el mayor anotador copero de siempre en el Unicaja… y con bastantes menos partidos que Berni, que disputó hasta 17.
“Me siento cómodo cuando la competición sube de nivel. Al final, esto es baloncesto y no pudo jugar bien siempre, también he tenido malos partidos contra ellos también. Nos ha tocado un cuadro muy difícil, pero tenemos mucha motivación para demostrar por qué estamos ahí”, subraya. En transmitir esa voracidad por la Copa, tanto él como Alberto Díaz y otros jugadores con experiencia se han encargado de hacerlo con los ‘rookies’ en esto, los que juegan una Copa por primera vez como Carter o Perry.
“Algunos de ellos ya saben de la historia y la fama de esta competición. En muchos países se habla. Algún jugador, no recuerdo bien quién, comentó que un entrenador suyo que jugó en España les puso un partido de Copa en una de sus concentraciones”, cuenta. “Les explicas que es un torneo muy especial, como una ‘
Final Four’ a lo grande donde todos se juntan y hay un gran ambiente de baloncesto, y no solo de aficiones. Se mueven un montón de cosas por alrededor”.
Para Brizuela, lo mejor que este grupo ha hecho en la primera parte de la temporada “no ha sido meternos en la Copa ni haber jugado ciertos partidos muy bien, sino que
la gente se reconecte con nosotros, que venga al Carpena y que disfrute”. La reconciliación y el devolver esa llama al público ha sido clave por victorias y maneras de lograrlas. Los más de 8.000 que se reúnen en casi cada partido lo explica todo.
“Los aficionados nos están ayudando mucho en casa. Al final, los años que he estado aquí, han sido muchos partido con el Covid, con las gradas vacías y luego vinieron los momentos complicados en el club, cuando apenas venía gente. Este año, con la afición volcada, está siendo una pasada”. Los alrededor de 400 que vivan la Copa en Badalona querrán ver la mejor versión del equipo y de Darío, que está preparado “para competir y ganar”.