192 años se cumplen del fusilamiento del general José María de Torrijos en la playa de la Misericordia. Dio su vida defendiendo la libertad y la Constitución de 1812 y luchando contra el absolutismo de Fernando VII.
Fue un “ejemplo de heroísmo liberal”, ha dicho el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, durante el tradicional homenaje a Torrijos. “Entregó su vida en búsqueda de la libertad para nuestro país”, porque el general y sus compañeros “querían recuperar el marco de libertades de la Constitución de Cádiz”.
Aunque han pasado casi dos siglos, su figura sigue viva en Málaga y “debe de servirnos de estímulo para que entendamos la importancia de tener una Constitución”. Se le ha recordado en un acto institucional, con una ofrenda floral en el monolito de la plaza de la Merced, donde reposan sus restos junto a los últimos 47 liberales ejecutados: “Aquí cada año, los malagueños de hoy y de mañana, vendremos y vendrán a rendir homenaje a estas figuras que se convierten en auténticas defensas de la libertad, principio básico de cualquier sociedad democrática”. El único que no comparte ese enterramiento es el irlandés Robert Boyd, que descansa en el cementerio Inglés de Málaga.