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Una muestra exhibe los rostros de los jóvenes científicos de la Universidad de Málaga

Son de carne y hueso; jóvenes corrientes con inquietudes, aficiones, gustos, fobias e inseguridades como cualquier otro joven de su edad. Y además son los mejores en el campo de la investigación científica. Una exposición de fotografías rinde homenaje a los doctorandos de la Universidad de Málaga

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Son de carne y hueso; jóvenes corrientes con inquietudes, aficiones, gustos, fobias e inseguridades como cualquier otro joven de su edad. Y además son los mejores en el campo de la investigación científica. La labor de los doctorandos de la Universidad de Málaga es muy desconocida para los ciudadanos. Es más, la mayoría pensamos que la figura del científico se asemeja más a una especie de Dios inalcanzable y apartado de la vida cotidiana.

Pero nada más lejos de la realidad. Las nuevas generaciones científicas deben atravesar una dura carrera de obstáculos y sólo los mejores abanderarán las principales líneas de investigación en nuestro país que nos permitirán que nuestro mundo sea mejor.

El fotógrafo y ambientólogo Juan Miguel Pérez Ramos ha reunido en una exposición en Ámbito Cultural de El Corte Inglés una colección de retratos en color y en blanco y negro de los rostros de la nueva hornada de científicos, que podrá visitarse hasta el próximo 5 de febrero.

En El joven rostro de la ciencia, el espectador conocerá muchas caras que ejemplifican la perseverancia, el esfuerzo, la vocación y la inteligencia de la ciencia en Málaga. Y los muestra tal y como son, sin estridencias, y en sus respectivos laboratorios de trabajo. 

“En esta muestra quiero rendir homenaje a estos compañeros que tienen que superar una larga y costosa carrera dedicada a la ciencia, como el grado, máster, doctorado y etapas postdoctorales -normalmente en el extranjero- hasta la consolidación como investigador independiente”, afirma el fotógrafo, quien añade que los recortes por la crisis han hecho mella en numerosos estudios de gran calado, por lo que aboga por una “mayor implicación social” para lograr más apoyo para la ciencia. 

Así, la exhibición se centra en esa primera fase de esta larga y solitaria travesía por el desierto: los doctorandos, a los que capta en su hábitat, pero alejado de típicos estereotipos. En estos retratos se pueden ver disciplinas tan variadas de la Universidad de Málaga, como la Oceanografía, Supercomputación, Genética, Biotecnología, Filosofía, Matemáticas, Ecología, Ingeniería Química o la Paleontología, entre otras materias.

Más de veinte son los retratos de nuestros jóvenes Einstein. El público conocerá estos rostros y su contribución a la ciencia. Así, los visitantes descubrirán, por ejemplo, que el genetista forense Diego Lozano estudia el ADN de muestras calcinadas, su deterioro y las condiciones génicas bajo diferentes condiciones de calcinación. O que Cristina Pogontke, a sus 23 años se dedica a conocer mejor qué moléculas están implicadas en los procesos de generación celular tanto en condiciones normales como bajo condiciones de daño y muerte celular, como es el caso de los procesos que se activan tras producirse un infarto de miocardio.

El ambientólogo Mario Fenech ha ahondado en los genes que determinan el contenido en vitamina C en los frutos, con una estancia en la Universidad de Virginia (EEUU), mientras que el equipo de oceanógrafos de Jesús García Lafuente (José Carlos Sánchez, Cristina Naranjo y Simone Sammartino) han buceado en la incidencia del Estrecho de Gibraltar en la circulación oceánica global, por citar algunos. Todos ellos, desde Málaga, lideran los avances científicos del futuro.  

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