Los grupos de izquierda no han conseguido arrancar el compromiso del equipo del Gobierno popular de municipalizar la gestión de limpieza lo más rápido posible, después de que el comité de empresa de Limasa haya aceptado la oferta ligada a un plus de productividad en base a la asistencia, calidad y cantidad de trabajo de la plantilla, que aún debería tener la última palabra en una asamblea. Un intento frustrado de los socialistas que ha desembocado en un bronco debate sobre la salud del grupo popular y la posible guerra abierta por la sucesión a cuenta de la limpieza y donde, paradójicamente, la oposición ha salido a dar la cara por el alcalde.
“El partido le presiona para que abandone el cargo antes, quién le iba a decir que seríamos nosotros quienes le defenderíamos”, se jactó el portavoz de Málaga para la Gente, Eduardo Zorrilla.
De la Torre, que en esta ocasión no ha tomado la palabra declinando en el responsable de Medio Ambiente, reiteró hace unos días para zanjar la polémica que están abiertos a estudiar las dos fórmulas, pública y privada y a buscar el diálogo y consenso con el resto de grupos. Un debate donde además no faltó un contundente mensaje de quien le apoyó en la investidura, el grupo Ciudadanos, que aseguró que no serán “cómplices” del fracaso de una Limasa pública.