La Cofradía de Nuestro Padre Jesús El Rico de Málaga ha rechazado la oferta del Gobierno de liberar el Miércoles Santo a un preso cuyo indulto no haya sido tramitado formalmente, después de que el Consejo de Ministros no aprobara ningún indulto para esta institución, como es tradición.
Por ello, El Rico no liberará este año a ningún recluso, una tradición que había cumplido de forma ininterrumpida los últimos 75 años y que se basa en una pragmática real que Carlos III dictó en 1759 tras una epidemia de peste en Málaga.
El hermano mayor de la cofradía, Antonio Martínez, que se ha reunido esta mañana con el subdelegado del Gobierno en Málaga, Miguel Briones, y otras autoridades para buscar una solución, ha afirmado a los periodistas que la solución propuesta no cumpliría los estatutos de El Rico.
"No queremos engañarnos a nosotros mismos ni a Málaga", ha dicho Martínez, que cree que, con la propuesta de un inicio de expediente de indulto que finalizaría tras la Semana Santa, la liberación "no se produciría la tarde-noche del Miércoles Santo, como dicen los estatutos".
Por ello, la junta de gobierno de la cofradía, en una reunión urgente esta mañana, ha "barajado con mucha seriedad" la propuesta pero ha decidido no aceptarla, porque de lo contrario se podría "desvirtuar el indulto tradicional".
Según Martínez, en la cofradía hay "tristeza" porque "se podrían haber hecho las cosas mejor", aunque ha agradecido al ministro de Justicia, Rafael Catalá, su implicación para intentar solucionar este "contratiempo".
Por su parte, el subdelegado, Miguel Briones, ha explicado que, de la terna de reclusos enviada al Gobierno para su posible liberación por El Rico, dos de los candidatos fueron desestimados "por tener informes desfavorables del tribunal sentenciador y de la fiscalía".
El tercero era un funcionario público que cumple condena por un delito continuado de falsedad y estafa, y Briones ha recordado que el actual Gobierno "no ha concedido ningún indulto a condenados por delitos de violencia de género, corrupción o delitos muy graves reprobados socialmente".
La solución propuesta era que a un recluso se le aprobara "una progresión de grado y de manera paralela se iniciara la tramitación para que el próximo Consejo de Ministros que abordase este tipo de asuntos determinase el otorgamiento definitivo del indulto", que podría producirse "en un plazo máximo de un mes".
La pragmática de Carlos III se dictó tras la epidemia de peste que obligó a la suspensión de las procesiones de la Semana Santa de 1759, por lo que los reclusos de la prisión de Málaga pidieron al alcaide sacar ellos la imagen de El Rico, pero se les denegó.
Por ello, se amotinaron, escaparon de la cárcel y llevaron a El Rico por las calles de la ciudad en la procesión más larga que se recuerda en la Semana Santa malagueña.
Tras acabar, los presos volvieron a la cárcel, lo que coincidió con la repentina desaparición de la epidemia, y esto fue interpretado como un milagro que impresionó a Carlos III, por lo que concedió el privilegio, ratificado por Juan Carlos I poco después de ser proclamado rey.