A.M, para mantener un anonimato, y de 59 años vive desde 2004 en un piso cercano a calle Carretería. Dentro de un mes, el 7 de enero de 2019, deberá abandonar lo que ha sido su hogar desde hace 14 años.
El edificio, formado por dos pisos en cada una de las cuatro plantas y un ático, se ha transformado en otro más dedicado al turismo. A.M asegura que el dueño de los inmuebles “tiene más edificios en plaza de la Merced, Carretera de Cádiz, por Torremolinos, por Benalmádena, no solo tiene este bloque, sino que tiene más viviendas”.
A este inquilino le notificaron en enero de este año que debía abandonar la casa o pagar el aumento del precio del alquiler, pasando de 460 a 700 euros. Algunos vecinos “pasaron por el aro”, pero él cobrando una “ayuda del paro de 430 euros” no puede hacer frente a ese incremento.
A.M lleva desde el 2011 en el paro, es técnico de prevención de riesgos laborales, pero la crisis puedo con los más de 20 años de experiencia en el sector. Lamenta que a pesar de “buscar trabajo, solo logró trabajar de lo suyo durante “seis meses en una empresa en un servicio de prevención ajeno”, y continúa en una “férrea busca de trabajo”.
Ayuda alquiler social
Tras conocer que debía abandonar la vivienda, acude al Instituto Municipal de la Vivienda para lograr optar a la ayuda para el alquiler de 450 euros que ofrece el Ayuntamiento de Málaga. “Cuando me llega la demanda y la fecha de lanzamiento para abandonar la vivienda voy al IMV y entrego en papel sobre el mes de junio y me llama al mes la abogada de Fomento y es la que me dice que hasta que no haya una sentencia, los servicios sociales no se ponen en marcha y estudian mi caso”, ha recordado, él pensó que con la demanda sería suficiente para que la maquinaria se pusiera a funcionar y analizaran su situación. La sentencia firme fue el 8 de octubre y el 4 de diciembre le llamó su abogado de oficio y le comunicó la fecha definitiva en la que tiene que abandonar su casa.
A. M critica que “aún teniendo la ayuda del IMV (se la concedieron), esta no me sirve si los propietarios no quieren huyen de esas ayudas sociales, no quieren inquilinos que vengan de un desahucio”. Se une el problema de no querer alquiler, la enorme subida de precios que ha experimentado el parque inmobiliario y que desde las instituciones municipales “no facilitan una lista de viviendas a las que poder acceder”. “Con los 450 euros, mi economía si me da para pagar una casa de 600 euros, pues yo el resto si lo podría poner”, ha reivindicado. Vivir con 430 euros
El dinero que cobra por el paro, ya que es mayor de 55 años, no es suficiente. “He ido a Cáritas varias veces a que me dieran alimentos, he ido al asistente social para una ayuda cada dos años para el alquiler”, ha explicado.
Ha continuando alegando que su madre con 90 años y una pensión de 600 euros “es la que me está pasando dinero, ella vive con mi hermana en Madrid y los gastos de mi madre mi hermana los subsana”. Añadiendo que “esto es una cadena, mucha gente que estamos en el paro en España, esto es así”. A.M es de Ciudad Real, se trasladó a Málaga desde Murcia, donde vivía en aquel entonces, para estar cerca de su hija en 2004. Decidieron mudarse debido a que su exmujer tiene familia aquí. Pensó que no “tendría problema para encontrar trabajo”, de hecho fue así durante siete años. No se traslada a Madrid porque “el tema de la vivienda está horrorosa y tengo a mi hija aquí con 15 años”.
A.M se siente “solo”, sin una familia que le arrope y no se plantea salir de Málaga porque “emocionalmente y psicológicamente no estoy preparado para estar solo y a distancia, sé lo que es estar solo, sé lo mal que se pasa emocionalmente, y yo no estoy preparado para enfrentarme a esa soledad”. La posibilidad que se plantea es lograr un puesto de trabajo fuera, pero que le permita venir a Málaga a ver a su hija.