Por graves deficiencias que habrían comprometido el derecho de defensa del procesado
La defensa de David Serrano, único investigado en el “caso Julen" -el niño que murió al caer a un pozo en Totalán (Málaga)-, acusado de homicidio por imprudencia grave, estudia pedir la nulidad de la instrucción por graves deficiencias que habrían comprometido el derecho de defensa del procesado.
El planteamiento de la pretendida nulidad se basa en el análisis de hechos concretos de una instrucción que, a juicio de los letrados de la defensa, se habría diseñado "a la medida" de los padres de Julen para evitarles el trance de una posible imputación, tanto por Fiscalía como por el propio Juzgado, según han informado en un comunicado.
Se da la circunstancia de que la titular del Juzgado, Elena Sancho, ya había instruido unas diligencias anteriores contra el padre José Roselló donde éste resultado condenado, han apuntado.
A la defensa de David Serrano, el dueño de la finca donde estaba el pozo, le "extraña sobremanera" que la jueza, durante el interrogatorio de los padres en su calidad de testigos, "les diera el pésame y se mostrara dolida por los hechos cuando su testimonio podría haber significado una imputación".
"Tal nivel de empatía implica una pérdida de neutralidad al alinearse con los padres", con carácter previo al comienzo del propio interrogatorio, ya que "ningún juez imputa por homicidio tras dar el pésame por ese fallecimiento", según los letrados.
Además, califican de "llamativa" la maniobra procesal de interrogar a los padres de Julen en calidad de testigos, para "acto seguido realizar el ofrecimiento de acciones como perjudicados si no es porque la instructora ya habría decidido, anticipadamente, que su testimonio era innecesario o todo lo más, un mero trámite carente de relevancia jurídica".
Respecto al interrogatorio del pocero, tanto el Juzgado como Fiscalía se opusieron a que aportara a la instrucción un Plan de Seguridad y Salud -que manifestó “tenerlo en su casa”- cuando "precisamente la implementación de las medidas de seguridad contenidas en el mismo, por lógica, habrían impedido el fatal desenlace" de la muerte de Julen.
Por parte de la Fiscalía, resulta "asombroso que en su sesgado escrito acusatorio" impute a David Serrano “no haber advertido de la existencia del pozo”, cuando el padre declara "justo lo contrario" al afirmar que su cliente le advirtió de que había un pozo y estaba "tapado por dos cantillos", señalan.
Los letrados lamentan que por parte de la jueza "se omita cualquier hecho favorable a la defensa" de Serrano, y acepte como válida la tesis de que él era el único conocedor de la existencia el pozo al haber declarado el padre del niño ante la Guardia Civil y el Juzgado que conocía de su existencia y localización.
El niño de 2 años Julen Roselló cayó el pasado 13 de enero a un profundo pozo que había sido perforado en busca de agua en una finca de Totalán y su cuerpo sin vida fue localizado a más de 70 metros de profundidad tras trece días de rescate.