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Médicos militares egipcios recibieron orden de operar sin anestesia a manifestantes

Médicos militares recibieron órdenes de operar sin anestesia y sin esterilizar el material a manifestantes heridos

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El presidente de Egipto, Mohamed Mursi, ha ascendido este jueves a varios altos cargos del Ejército del país en medio de las acusaciones por parte de opositores y organizaciones pro Derechos Humanos contra las Fuerzas Armadas por su papel en la muerte y tortura de manifestantes desde el inicio de la revolución que derrocó a Hosni Mubarak en enero de 2011.

   Así, el presidente ha aceptado la recomendación formulada por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas para ascender a los comandante de las Fuerzas Aéreas Abdel Moneim al Tarras y Yunis al Masri, así como al comandante de la Marina Osama al Guindi. Todos ellos serán nombrados mariscal de campo.

   Durante su reunión con miembros del consejo militar, Mursi ha expresado su malestar con lo que ha juzgado como intentos por parte de las fuerzas opositoras de distorsionar la imagen de las Fuerzas Armadas, al tiempo que ha denunciado estos presuntos intentos, según ha informado el diario egipcio 'Al Ahram'.

   El encuentro ha tenido como objetivo estudiar el informe presidencial filtrado a los medios en los últimos días, en el que se recoge que el Ejército participó en muchas de las desapariciones, torturas y asesinatos cometidos en el país durante el levantamiento de 2011. Según esta investigación, las Fuerzas Armadas también tomaron parte en los saqueos del Museo de Antigüedades Egipcias de El Cairo.

   Aunque el informe, realizado por un comité de investigación cuidadosamente seleccionado y presentado al presidente el pasado mes de enero, todavía no se ha hecho público, el contenido de algunos capítulos, a los que ha tenido acceso el diario británico 'The Guardian', implica directamente a los soldados egipcios en numerosos crímenes llevados a cabo contra la población.

   En respuesta, un alto cargo militar egipcio ha denunciado al diario por publicar el informe y ha argumentado que la filtración forma parte de "una campaña sistemática y deliberada contra el Ejército destinada a provocar batalles en las calles", según ha informado la cadena de televisión Sky News Arabia.

   Este mismo jueves, el rotativo británico ha publicado un nuevo capítulo del informe, en el que se recoge que médicos militares recibieron órdenes de operar sin anestesia y sin esterilizar el material a manifestantes heridos en el hospital militar Kobri al Koba de El Cairo. Asimismo, subraya que doctores, soldados y médicos agredieron a manifestantes en el interior del hospital y encerraron a algunos de ellos en la planta baja.

   El informe recomienda en este capítulo una investigación en torno a los más altos responsables del Ejército. A pesar de no haber sido publicado, el hecho de que sea un documento presidencial implica el primer reconocimiento por parte del Estado de la escala de las atrocidades cometidas por el Ejécito durante la revolución.

VALORACIONES

   Tras la publicación del mismo, la directora de Human Rights Watch (HRW) en Egipto, Heba Morayef, ha indicado que "no se puede sobrestimar la importancia de este informe". "Es increíblemente importante. Hasta hoy, no ha habido reconocimiento estatal del uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía y el Ejército", ha agregado.

   "El Ejército siempre ha dicho que respetó las posiciones de los manifestantes y que no disparó ni una sola bala contra ellos. Este informe es el primero que condena de forma oficial al Ejército y le hace responsable de torturas, asesinatos y desapariciones", ha recalcado.

   "Las filtraciones muestran una verdad que el presidente quería que la gente olvidara. Este informe ha de ser hecho público por Mursi. Ha de ser publicado para que tenga el sello de respaldo oficial", ha remachado Morayef.

   Por su parte, el investigador de la ONG Iniciativa Egipcia para los Derechos Personales Karim Ennarah ha destacado que las presuntas acciones del Ejército equivalen a crímenes de guerra, tal y como son definidos por las Convenciones de Ginebra.

   "Las pruebas de que hay gente que fue torturada en un hospital militar y de que los médicos militares ordenaron a sus subordinados operar sin anestesia es más que simplemente escandaloso", ha argumentado.

   "Si esto ocurriera en el contexto de una guerra, contra prisioneros de guerra, sería un crimen de guerra. Es una violación grave de la ética médica más básica en cualquier contexto, así que imaginad en el contexto de una manifestación en la que el Ejército se enfrenta a manifestantes en su propio país", ha remachado.

   El importante abogado pro Derechos Humanos Mohsen Bahnasi ha recalcado que "este informe no está siendo valorado como debe" y ha subrayado que "hay nuevas pruebas que han de ser investigadas, y nada de eso ha ocurrido".

LOS 'BALTAGEYA'

   Por otra parte, el informe recoge la acción de los 'baltageya' --civiles armados que actúan bajo el consentimiento u órdenes directas de las fuerzas de seguridad para infiltrarse y reventar manifestaciones-- durante los enfrentamientos que tuvieron lugar en Abbasiya en mayo de 2012, en las que al menos dos personas fallecieron y otras 400 resultaron heridas.

   El documento utiliza pruebas de vídeo para sostener que además de manifestantes y fuerzas de seguridad hubo integrantes de 'baltageya' en los disturbios, desatados tras una carga violenta por parte de los mismos y de los agentes egipcios contra los concentrados.

   "El comité ha confirmado la colusión entre fuerzas de seguridad y del Ejército y los 'baltageyas'", apunta el informe, que cita un amplio número de fotografías, testimonios y vídeos que muestran a 'baltageyas' comiendo suministros del Ejército, viajando en vehículos militares y bromeando con soldados.

   "Queremos permanecer juntos", dice un oficial a un 'baltageya' en uno de los vídeos, mientras que otro fue fotografiado conduciendo un vehículo militar. El informe recalca que "esto no deja duda de que matones operaron bajo las órdenes del Ejército".

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