Argentina celebra este domingo unas elecciones legislativas en las que el 'kirchnerismo' y su máximo exponente, la presidenta Cristina Fernández, se juegan su futuro inmediato, ya que de estos comicios depende que el gobernante Frente para la Victoria (FpV) y sus aliados revaliden su mayoría en la Cámara de Diputados y el Senado, algo clave para sacar adelante reformas.
Unos 30 millones de argentinos están llamados a las urnas este domingo, en una jornada inédita porque hasta ahora nunca se había incluido en el censo electoral a los jóvenes de 16 y 17 años. La población acudirá a votar para renovar a la mitad de los diputados y a un tercio de los senadores y tendrá a su disposición 90.687 mesas repartidas en 13.207 centros.
Las elecciones se realizarán de forma simultánea en todas las provincias de Argentina y, en ellas, la ciudadanía deberá elegir entre los candidatos que superaron las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del pasado 11 de agosto.
Los colegios electorales abrirán a las 8.00 y cerrarán a las 18.00 (23.00 horas en la España peninsular), pero los primeros resultados no se conocerán previsiblemente hasta las 21.00 horas, según la Dirección Nacional Electoral, que prevé que para medianoche ya haya una tendencia definida.
Dado que en Argentina no se difunden sondeos a pie de urna, entre el cierre de las urnas y el comienzo de la publicación de los resultados no se conocerán estimaciones de cuál será la composición del Poder Legislativo para los próximos años.
En los comicios se definirá si la presidenta, Cristina Fernández, sigue controlando la Cámara de Diputados y el Senado en sus dos últimos dos años de mandato. De hecho, si el FpV y sus aliados arrasasen y copasen dos tercios de las cámaras podrían dar a la mandataria la posibilidad de realizar reformas constitucionales y seguir en la Casa Rosada --la actual Constitución impide un tercer mandato consecutivo--.
No obstante, y a tenor de los resultados de las primarias de agosto, el 'kirchnerismo' encara una jornada electoral 'a priori' complicada y todos los analistas y sondeos coinciden en que, si finalmente ganan los grupos afines a la presidenta, no será de forma aplastante.
La principal batalla se librará en la provincia de Buenos Aires, lugar de residencia de uno de cada tres votantes y donde se presentan algunos de los políticos con más presencia pública.
El 'kirchnerista' Martín Insaurralde o el opositor Sergio Massa, antiguo miembro del FpV, libran su particular lucha, en la que el primero de ellos ha contado con el respaldo constante del gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, al que muchos sitúan ya como presidenciable en sustitución de Fernández. Massa también se deja querer y, sobre su ambición política, ha dicho tener "coraje para enfrentar cualquier situación".
UNA PRESIDENTA AUSENTE
Scioli ha asumido gran parte del peso de su movimiento durante la campaña electoral por la ausencia de Cristina Fernández, que continúa convaleciente. Fernández se está recuperando de la operación para retirarle un hematoma de la cabeza a la que fue sometida el pasado 8 de octubre.
Desde que fue dada de alta el día 13, la mandataria ha guardado un estricto reposo en su residencia de la Quinta de Olivos y los médicos le han prohibido viajar en avión, por lo que no podrá desplazarse a Santa Cruz para ejercer su derecho al voto, según medios locales.
En Argentina, el voto es obligatorio para los mayores de 16 años y los menores de 70, de ahí el que el director nacional electoral, Alejandro Tullio, haya reconocido que la mandataria tendrá que justificar su ausencia de las urnas como cualquier otro ciudadano.
Las leyes argentinas contemplan multas de 50 pesos (casi 6,20 euros) para quienes no acudan a votar, mientras que en el caso de los que no votaran tampoco en las primarias de agosto la cuantía se eleva a 150 pesos (más de 18,7 euros).
La multa tiene en realidad un carácter voluntario puesto que para pagarla el ciudadano deberá acceder a la web de la Justicia Nacional Electoral, donde "será generada digitalmente" el boleto de pago, que se podrá satisfacer en una serie de entidades autorizadas.
91.000 EFECTIVOS Y 80 MULAS
El Gobierno de Argentina desplegará durante la jornada electoral unos 91.000 efectivos entre miembros de las Fuerzas Armadas, de seguridad y policías provinciales, en un intento por garantizar la seguridad de la votación tras una campaña con varios episodios de violencia política.
En concreto, el Ministerio de Defensa ha informado del despliegue de 91.671 militares y policías, a los que se suman 5.000 vehículos terrestres, ocho helicópteros, dos aviones y siete embarcaciones, así como equipos informáticos y de comunicaciones del Ejército.
El Gobierno completará su operativo con 80 mulas del Ejército y la Gendarmería. "Son el único medio de transporte que puede llegar a lugares inhóspitos", explicó Defensa en un comunicado difundido esta semana.