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Un grandioso y carnal ?Tannhäuser? entusiasma al Real

El romanticismo grandioso de Tannhäuser y las mejores voces wagnerianas del momento, comandadas por el tenor alemán Peter Seiffert, vencieron de nuevo anteanoche en el Teatro Real, y camparon a sus anchas por la puesta en escena ideada por el director de escena británico Ian Judge.

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El romanticismo grandioso de Tannhäuser y las mejores voces wagnerianas del momento, comandadas por el tenor alemán Peter Seiffert, vencieron de nuevo anteanoche en el Teatro Real, y camparon a sus anchas por la puesta en escena ideada por el director de escena británico Ian Judge, con su carnal y explícita idea de la bacanal apuntada por Wagner. 

La Reina asistió al estreno de esta versión de Tannhäuser que, a juzgar por los aplausos, y tras cuatro horas y cuarto de representación, superó el reto planteado por esta producción de Los Angeles Opera. 

Tannhäuser, como decía esta semana el director musical del Real, Jesús López Cobos, “pone siempre a prueba a un teatro, a su orquesta y al coro” por su extensión y exigencia vocal, pero especialmente en esta versión, un “híbrido” entre la de París –15 minutos más larga– y la de Dresde. 

Ian Judge, el veterano director de la Royal Shakespeare Company, ha querido con su dirección escénica que “lo que se oye se parezca a lo que se ve” lo que incluye la orgía de Venusberg que Richard Wagner imaginó como introducción musical para su primer acto. 

Tras el “rojo” y “carnal” primer acto, para el que Gottfried Pilz y Mark Doubleday han construido un “burdel tremendamente caro” con bailarines de ambos sexos que representan casi desnudos el “delirio y frenesí eróticos” de Venusberg, comienza el blanco y negro del afán del héroe en pos de su vida anterior, para dar paso en el tercer acto al verde de la expiación del trovador Tannhäuser. 

Esta versión combina el primer acto de la versión de París, y el segundo y tercero de la de Dresde, precisamente para que el papel de Venus tenga mayor recorrido, lo que fuerza a su interpretación por una soprano diferente de la que canta como Elisabeth. 

El Real ha resuelto este Tannhäuser con un doble reparto, que la noche del viernes encabezó Seiffert,el barítono alemán Christian Gerhaher (Wolfram), la soprano austríaca Petra María Schnitzer (Elisabeth), y la mezzo-soprano alemana Lioba Braun (Venus).

La obra es un desafío para el coro, ampliado a 85 voces, que sabe estar también a la altura de las exigencias del director de escena y que ha sido, junto con Seiffert, Gerhaher y Günter Groissböck (en el papel de Landgrave Hermann), los más aclamados esta noche por el público.

En esta obra romántica, que se monta por tercera vez en el Real, aunque en la primera etapa del teatro se representó 71 veces entre 1890 y 1921, Judge, que salió también a saludar al término de la representación, ha trasladado la historia del siglo XII al XIX y sitúa la acción en un elegante salón en el que combatirán la carne y el espíritu.

El principal reto para Judge era, según dijo en la presentación de la obra, ha sido dejar que Wagner “flote por encima de lo erótico, lo exótico o lo dramático”.

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