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La crisis merma la confianza en la suerte y perjudica a sorteos y juegos

La crisis ha retraído la confianza de los españoles en la suerte como vía para alcanzar un mejor nivel de vida, por lo que se invierte menos en todo tipo de juegos de azar y disminuyen las ventas de los operadores de juego del país.

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La crisis ha retraído la confianza de los españoles en la suerte como vía para alcanzar un mejor nivel de vida, por lo que se invierte menos en todo tipo de juegos de azar y disminuyen las ventas de los operadores de juego del país. 

Loterías y Apuestas del Estado (LAE) ha visto cómo los ventas de todos sus productos han disminuido un 5,9% en enero y febrero de este año con respecto al mismo periodo de 2008, pasando de 2.081,1 millones de euros a 1.957,5, ha informado a Efe este organismo. 

El descenso más acusado se ha producido en la Quíntuple Plus (-43,2%) y el Euromillones (-16,8%), y los dos únicos productos que han crecido en ventas son la Bono Loto (4,4%) y Lototurf (41%). 

Fuentes de LAE han explicado que el consumidor “se ha pasado de La Primitiva a la Bono Loto porque es más barato y permite jugar más veces por el mismo precio”. 

Esta tendencia a la baja comenzó a mostrarse en el tradicional sorteo de la Lotería de Navidad, cuyas ventas disminuyeron un dos por ciento, pero rompe el crecimiento continuado que han mantenido en los tres últimos años tanto los productos de LAE como los del sector privado, que incluye bingos, casinos y máquinas B. 

Para la ONCE, en cambio, este año es el cuarto de disminución de su cuota de mercado, ya que “cuando entró el Euro Millones desestabilizó el sector del juego en este país”, ha manifestado a Efe su delegado en Andalucía, Patricio Cárceles. 

No obstante, ha asegurado que la disminución de las ventas se ha agudizado desde el pasado verano, algo que en la ONCE achacan a la “psicocrisis” y ante la que proponen “resignación, porque es muy difícil de contrarrestar”. 

Cárceles ha dicho que el número de clientes no ha sido muy significativo, pero cada vez compran menos, y las armas que ha diseñado la ONCE para que aumente la frecuencia de compra son los “sorteos más competitivos”. 

Por ello a comienzos de año se cambió el Cuponazo del viernes, aumentando su precio a 3 euros y su premio a 9 millones, y se apuesta por sorteos especiales como el del Padre y el de la Madre. 

Aún así, la ONCE, cuyas ventas totales ascendieron en el año 2008 a un total de 2.100 millones de euros, arrastra en los últimos seis años un descenso del 8,66% que, sumado al IPC de ese periodo, le ha hecho perder el 28,36% de su poder adquisitivo.

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