El Parlamento libio eligió a Ahmed Matiq, un empresario formado en el Reino Unido, como nuevo primer ministro transitorio, después de la dimisión el pasado 13 de abril de Abdala al Zani.
Tras su designación, Ahmed Matiq, que se impuso a Omar al Hasi gracias al apoyo del partido islamista Justicia y Construcción, juró el cargo y recibió el encargo de formar Gobierno antes de dos semanas.
Los parlamentarios procedieron hoy a su elección entre fuertes medidas de seguridad, después de que el pasado martes se suspendiera la votación por un tiroteo entre milicianos y fuerzas de seguridad de la Asamblea Legislativa.
Matiq, originario de la ciudad de Misrata, logró hoy los apoyos necesarios para ser designado jefe del Ejecutivo en segunda votación, al conseguir 121 respaldos (el mínimo necesario eran 120), tras obtener 113 en la primera.
Después de su elección, se produjo cierto desconcierto, sobre todo por las protestas de los diputados del partido laico Alianza Fuerza Nacional, algunos de los cuales abandonaron la sala.
En la primera ronda de votaciones, celebrada en la mañana del martes pasado y a la que concurrieron siete candidatos, Matiq fue quien más apoyos obtuvo al recibir 73, frente a los 43 de Al Hasi.
Ese día, cuando los legisladores se encontraban reunidos en sesión vespertina para elegir finalmente entre Matiq y Al Hasi, un grupo de milicianos se enfrentó a las puertas del Parlamento con los agentes de seguridad.
El portavoz del Parlamento, Omar Hamidan, acusó entonces a uno de los candidatos descartados, Mohamed Bukar, de estar detrás del ataque contra la Asamblea.
Bukar, aspirante por el partido Alianza Fuerza Nacional, se había quedado fuera de la segunda vuelta a solo dos votos de Al Hasi.
El anterior primer ministro interino Abdala al Zani dimitió el pasado día 13, tras sufrir un ataque armado del que salió ileso.
Al Zani había sido designado a la cabeza del Ejecutivo a raíz de la destitución de Ali Zidán, quien cayó en desgracia el 11 de marzo después de que prosperara una moción de censura contra su mala gestión de los asuntos de seguridad.