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Merkel aborda con Poroshenko y Hollande el conflicto en Ucrania

Estabilizada de forma temporal la situación en Grecia, la jefa del Gobierno alemán retoma otro de los grandes retos que ha asumido en el escenario internacional

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La canciller alemana, Angela Merkel, trata mañana con los presidentes ucraniano y francés, Petró Poroshenko y François Hollande, respectivamente, el agudo repunte de la violencia en el este de Ucrania y las fórmulas para reactivar los Acuerdos de Minsk.

Estabilizada de forma temporal la situación en Grecia, la jefa del Gobierno alemán retoma otro de los grandes retos que ha asumido en el escenario internacional, mediar entre Moscú y Kiev para evitar que el actual conflicto en el este de Ucrania degenere en una guerra abierta en Europa.

La tensión en las regiones de Donetsk y Lugansk ha escalado enteros en las últimas semanas, llevando al Ministerio de Exteriores alemán a calificar la situación de "explosiva" y al titular de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, a considerar "preocupante" la reapertura del frente entre separatistas y el ejército ucraniano tras una cierta distensión.

Para Merkel es fundamental para alcanzar una "estabilidad duradera" el cumplimiento de los Acuerdos de Minsk, que pactaron en febrero Poroshenko y el presidente ruso, Vladimir Putin, con la mediación de la canciller alemana y Hollande.

"No estamos dispuestos a asumir que el Acuerdo de Minsk es historia como algunos pretenden", aseguró recientemente el portavoz de Exteriores alemán, Martin Schäfer, que recalcó que "ése es el plan de ruta".

El texto incluye unos primeros puntos de carácter militar, para detener el conflicto en el este del país, y luego otros de carácter político, que atañen principalmente a Ucrania, como la reforma de la constitución, la celebración de elecciones y un diálogo intranacional.

Pero tras los avances registrados a nivel militar en las días que siguieron al acuerdo, el proceso lleva meses totalmente embarrancado y ahora se están produciendo retrocesos y, en consecuencia, aumenta la cifra de muertes en las zonas calientes.

El subjefe de la misión de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) en Ucrania, Alexandr Hug, denunció el pasado miércoles que en agosto se ha producido "un aumento de las violaciones del alto el fuego y del número de puntos calientes".

Además, Poroshenko anunció ayer un importante plan de rearme del ejército ucraniano hasta final de año, que incluye 300 blindados, 400 automóviles, 30.000 cohetes y piezas de munición, así un gran número de armas de fuego.

En Berlín preocupa asimismo la economía ucraniana, en franca recesión, y el estado de las cuentas públicas de Kiev, inmersa en un programa de rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI), así como el bloqueo de las negociaciones sobre un nuevo protocolo que garantice el suministro de gas hacia la Unión Europea (UE) a través de Ucrania.

Berlín y París han querido restar importancia al hecho de que en este encuentro no se haya adoptado el denominado "formato Normandía", que implicaría incluir también a Putin.

Está previsto que Merkel reciba mañana en Cancillería a las 17.00 hora local (15.00 GMT) a Hollande, con quien mantendrá una reunión bilateral durante cerca de una hora antes de que, a las 18.00 hora local (16.00 GMT), se sume a ellos Poroshenko.

Los tres celebrarán una primera reunión de tres cuartos de hora, comparecerán acto seguido ante los medios de comunicación y luego participarán en una cena de trabajo en la que se seguirá hablando del conflicto en el este de Ucrania, las dificultades financieras de Kiev y la disputa con Moscú en torno al suministro de gas.

El Gobierno alemán explicó asimismo al anunciar este encuentro que Merkel y Hollande seguramente abordarán también en su encuentro bilateral la crisis de los refugiados en Europa, con el objetivo de avanzar en una propuesta conjunta para dar con un plan común para el reparto de peticionarios de asilo en la UE.

Poroshenko tiene previsto viajar a Bruselas este jueves y reunirse también con el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker.

Según los últimos datos de la ONU, cerca de 7.000 personas, entre combatientes y civiles, han muerto en el este de Ucrania en dieciséis meses de conflicto.

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