Representantes de alto nivel de Corea del Sur y Corea del Norte finalizaron hoy su maratoniana reunión de alto nivel sin alcanzar un acuerdo para acercar posiciones con el fin de mejorar sus relaciones bilaterales y recuperar proyectos en común.
El diálogo comenzó la víspera en la ciudad suroccidental norcoreana de Kaesong y se prolongó hasta la tarde de este sábado, tras un descanso durante la noche, sin que las partes hayan fijado una nueva fecha para un futuro encuentro, informó la agencia surcoreana Yonhap.
El viceministro de Unificación de Corea del Sur, Hwang Boo-gi, y el vicedirector del Comité para la Reunificación Pacífica de Corea del Norte, Jon Jong-su, encabezaron las delegaciones en el diálogo.
Seúl y Pyongyang no pudieron acercar posiciones en los asuntos más candentes entre ambos países: la celebración de nuevas reuniones de parientes separados por la Guerra de Corea (1950-1953) -como la que en octubre reunió a casi 200 familias tras seis décadas sin contacto-, y la reanudación de un proyecto turístico en el monte Kumgang.
Este proyecto permitía a surcoreanos viajar a un resort en el país vecino hasta que en 2008 se suspendió después de que un soldado norcoreano matara de varios disparos a una visitante del Sur.
El Norte rechazó la propuesta del Sur, mientras que Seúl hizo hincapié en que "no es apropiado conectar el problema de las familias separadas con la reanudación de la gira turística", explicó Hwang a la prensa al término de la reunión, según la agencia surcoreana.
Esta segunda reunión bilateral de alto nivel en este año llegó a raíz del acuerdo suscrito el pasado 25 de agosto en el primer diálogo entre autoridades de primer rango de Seúl y Pyongyang para poner fin a un peligroso episodio de tensión militar que despertó temores de guerra en la península de Corea.
Los representantes de ambos países, en aquella ocasión a nivel de ministros, se marcaron el objetivo de dar continuidad al diálogo para mejorar sustancialmente las siempre conflictivas relaciones bilaterales y abrir una etapa de paz duradera y estable.
Las relaciones entre ambas Coreas, que permanecen técnicamente en guerra desde hace seis décadas, han estado marcadas en los últimos años por continuos ciclos de conflicto y distensión.
El acuerdo del pasado agosto ha generado esperanzas de acabar con esta situación y abrir una etapa estable de entendimiento, aunque en la sociedad surcoreana existe cierto escepticismo sobre la posibilidad de que esto se pueda lograr.