Las autoridades de Filipinas elevaron hoy a 32 el número de muertos en el accidente de un autobús el martes por la tarde en Carranglan, a unos 100 kilómetros al norte de Manila, en el que al otras 38 personas resultaron heridas.
El autobús, en el que viajaban unas 70 personas pese a que su capacidad era de solo 45, se salió de la carretera y se precipitó por un barranco de 24 metros de altura en esta localidad en el centro de la isla de Luzón.
El accidente se produjo cuando fallaron los frenos del vehículo y el conductor perdió el control, según declaró a los medios el inspector jefe de la Policía local, Robert de Guzman, versión que fue corroborada por algunos de los supervivientes.
El autobús quedó completamente destrozado tras el accidente y los servicios de emergencia todavía trabajan en la búsqueda de víctimas.
Las autoridades situaron inicialmente la cifra de muertos en 26, pero con el paso de las horas esta aumentó hasta 32 y no se descarta que pueda elevarse aún más en lo que ha sido uno de los accidentes de carretera más graves de los últimos años en el país.
El conductor podría haber viajado a una velocidad excesiva durante el trayecto e incluso habría adelantado a otros vehículos antes de producirse el accidente, según datos de la investigación inicial divulgados por de Guzman.
Los heridos, algunos en estado grave y entre los que se encuentran niños, fueron trasladados a hospitales cercanos, según indicó a la cadena de televisión local ABS-CBN la alcaldesa de Carranglan, Mary Abad.
El Gobierno de Filipinas expresó sus condolencias a los familiares de las víctimas y prometió "hacer asumir sus responsabilidades a los culpables de esta tragedia", según un comunicado de la Oficina Presidencial de Malacañán en Manila.
El nuevo accidente se produce dos meses después de que en febrero un autobús que transportaba a estudiantes universitarios colisionara con un poste en las afueras de la capital causando 14 muertos.
En Filipinas son habituales estos accidentes provocados por la prolongada edad e insuficiente mantenimiento de los autobuses, las largas jornadas de trabajo y prácticas arriesgadas de sus conductores o las carreteras en mal estado y mal iluminadas.