Agentes de la Policía Científica acudieron ayer a primera hora al bar, situado en la avenida Comte de Sallent, para investigar las causas de la explosión, que, de confirmarse, sería la cuarta (las otras tres se produjeron en dos restaurantes y en los bajos de la plaza Mayor precedidas de un aviso en nombre de ETA).
El propietario del Nica, Fructuoso Nieto, afirmó que los agentes descartan que se trate de un suceso accidental por acumulación de gas metano, como se creyó en un principio.
“Me han dicho que sí es un artefacto”, afirmó Nieto a los periodistas congregados en la puerta del bar y a los que explicó que los policías le han comunicado que esta conclusión es “oficial”.
Sin embargo, el presidente del Govern balear, Francesc Antich, indicó que “oficialmente todavía no está confirmado que esta cuarta explosión”, que sería la primera porque ocurrió sobre las 12.00 horas, fuera motivada por otro artefacto terrorista, y añadió que “tampoco está desconfirmado”.
Mientras, los expertos en desactivación de explosivos continúan buscando cualquier rastro que les permita concluir si los etarras que colocaron las bombas son los mismos que presuntamente asesinaron el pasado 30 de julio a dos guardias civiles y si se han ido ya de la isla o no.
“Lo razonable”, según fuentes de la investigación antiterrorista, es que colocaran las bombas, programadas con temporizadores, antes de matar a los agentes, y luego escaparan, pero los investigadores tienen abiertas todas las hipótesis y tampoco descartan que alguno de los terroristas pudiera permanecer en la isla.
Por su parte los propietarios de los dos restaurantes que sufrieron desperfectos en sus baños por las bombas de ETA acudían en la mañana de ayer a los establecimientos para comenzar a reparar los daños.
Uno de ellos, La Rigoletta, donde a las 14.25 explotó un artefacto de poca potencia con clientes y trabajadores en su interior, ha abierto ya sus puertas al público.
A unos centenares de metros del otro local, en el restaurante Enco, donde explotó otra bomba de baja potencia a las cuatro de la tarde, su dueño, Miquel Mas, relató a Efe que un atentado “es algo que uno no se espera nunca” y manifestó su esperanza de poder abrir hoy su negocio.
“Los desperfectos son mínimos, menos mal que se pudo explotar adecuadamente, sin clientes en el local. Lo principal es que no ha habido víctimas personales y los daños materiales son pocos”, añadió.
El tercer (o cuarto, si se confirma el del Nica) artefacto hizo explosión en los bajos de la plaza Mayor a las 18.10 horas en los baños de las galerías comerciales, que ayer estaban acordonados con numerosos escombros.
La explosión de baja potencia afectó a los cristales de un local contiguo, cuyo propietario, Pishu Budhrani, comprobó ayer que los daños se limitan a los vidrios y no al contenido de la tienda.
“Por suerte, como fue en domingo no había gente, todo estaba cerrado y no hubo ningún herido, eso es lo más importante. Ahora tenemos que continuar nuestra vida normal y no pararnos por eso”, aseguró.
Durante el día se sucedieron las condenas a los atentados por parte de partidos políticos, asociaciones vecinales y empresariales, y se han celebrado varias reuniones entre las autoridades de los gobiernos balear y nacional y con los empresarios del sector turístico, dada la preocupación de que puedan afectar a la llegada de turistas.