La jefa del ejecutivo hongkonés, Carrie Lam, aseguró no haber ofrecido jamás su dimisión al Gobierno de Pekín
La jefa del ejecutivo hongkonés, Carrie Lam, aseguró hoy no haber ofrecido jamás su dimisión al Gobierno de Pekín ante las complicadas circunstancias que atraviesa Hong Kong, tras casi tres meses de manifestaciones: "No dimitir es mi propia elección".
"Jamás he ofrecido mi dimisión al Gobierno Popular Central (el Ejecutivo de Pekín). Nunca me he planteado dimitir. La elección de no dimitir es mía, propia", afirmó Lam durante su rueda de prensa semanal.
Lam respondía así a unas grabaciones obtenidas por la agencia de noticias Reuters durante una reunión con empresarios locales en la que se le escucha decir: "Si tuviera elección, lo primero (que haría) sería dimitir, después de haberme disculpado convenientemente".
Se trata de unas declaraciones grabadas durante una reunión celebrada la semana pasada en las que también agrega que "el espacio político de maniobra para el jefe ejecutivo (hongkonés), que tiene que responder constitucionalmente ante dos soberanos, que son el Gobierno Popular Central y el pueblo de Hong Kong, es muy, muy limitado".
Lam asegura en la grabación que el Gobierno de Pekín "no tiene absolutamente ningún plan de enviar a Hong Kong al Ejército Popular de Liberación (EPL)".
El audio muestra además la cara humana de Lam, que se queja de que no puede "salir a la calle o ir al centro comercial o a la peluquería".
Asimismo, asegura que el Gobierno de Pekín está dispuesto a "jugar a largo plazo" y que es consciente de que no hay "una solución a corto plazo" para el problema hongkonés.
La líder hongkonesa se mostró "muy apesadumbrada" de que sus declaraciones, "en una sesión totalmente privada, se grabaran y se facilitaran a la prensa. Es inaceptable", dijo, y negó que pudiera tratarse de una filtración suya o de su propio gobierno.
"Es infundado pensar que yo misma o el Gobierno (de Hong Kong) han jugado papel alguno (en una supuesta filtración de esas declaraciones)", apuntó hoy Lam.
Lam explicó que, a título individual, dimitir "podría haber sido el camino más fácil", una senda que ella ha elegido no tomar: "Nos quedamos para ayudar a Hong Kong en una situación difícil".
"Mi elección es quedarme, y quedarme con el pueblo de Hong Kong", apostilló Lam, cuya popularidad cayó a mínimos históricos en comparación con cualquier líder de la ciudad semiautónoma, según una encuesta publicada a mediados del pasado mes de agosto.
Las declaraciones llegan en un momento en el que la excolonia británica cumple casi tres meses consecutivos de protestas prodemocráticas.
Las manifestaciones comenzaron el pasado mes de marzo como oposición a una polémica propuesta de ley de extradición que, según abogados y activistas, podría haber permitido a Pekín acceder a "fugitivos" refugiados en territorio hongkonés.
Éstas han movilizado desde junio a cientos de miles de personas y han dejado enfrentamientos entre algunos manifestantes violentos y la policía, a la que se ha acusado de abusar de su poder a la hora de disuadir las protestas.
Aunque a principios de julio las autoridades hongkonesas declararon "muerta" esa propuesta de ley, los manifestantes exigen que se retire oficialmente y han ampliado sus demandas con el objetivo de mejorar los mecanismos democráticos de la ciudad y, en definitiva, oponerse al autoritarismo chino.
Por su parte, Pekín asegura que detrás de las protestas existe una "mano negra" y señala a "algunas fuerzas de Estados Unidos" como responsables
Tras recuperar la soberanía del territorio de manos británicas en 1997, y bajo la fórmula "Un país, dos sistemas", el Gobierno chino se comprometió a mantener la autonomía de Hong Kong y a respetar hasta 2047 una serie de libertades de las que no gozan los ciudadanos de la China continental.