El agente del Ministerio Público se excusó de ofrecer mayores detalles sobre las condiciones de los cuerpos
El motín de este martes en la cárcel asuncena de Tacumbú, la mayor de Paraguay, dejó al menos seis muertos entre la población penal, informó el fiscal que ingresó al edificio tras la liberación de los 18 guardias tomados como rehenes por un grupo de presos.
El fiscal Giovani Grisetti dijo a los periodistas a las puertas del penal que los cuerpos fueron derivados a la morgue judicial y que la verificación de los pabellones proseguirá hasta "altas horas de la noche", por lo que no descarta que puedan haber más fallecidos.
El agente del Ministerio Público se excusó de ofrecer mayores detalles sobre las condiciones de los cuerpos.
Fuentes de los Bomberos Voluntarios citados por los medios señalaron que algunos podrían estar decapitados.
La verificación de las instalaciones donde se produjo el motín seguirá durante la noche.
El fiscal ingresó al edificio para inspeccionar la cárcel donde esta tarde se produjo el motín, después de que la ministra de Justicia, Cecilia Pérez, abandonara el lugar tras desactivar la revuelta con la liberación de los 18 guardia cárceles retenidos por los reclusos.
La ministra afirmó ante los medios que los presos accedieron a entregar a los guardias tras exigir que "no se tome represalia como consecuencia de todo esto", e indicó que solicitaron igualdad procesal y de las condiciones de internamiento para los presos de Tacumbú y de las cárceles del país.
Por su parte, los cabecillas del motín aseguraron a una cadena de televisión a la que permitió el ingreso que no se produjeron heridos entre los internos ni entre los guardias retenidos, mientras que los bomberos también expresaron lo mismo tras sofocar las llamas en el área quemada.
La penitenciaría "es muy grande y recién el orden fue restablecido, entonces se entiende las dificultades de poder realizar el trabajo como uno quisiera", subrayó el fiscal al explicar que "hay mucha información que procesar".
La ministra atribuyó el motín a una reacción de un sector organizado contra el traslado de un peligroso recluso luego de detectarse un supuesto plan de fuga que hubiera permitido el escape de varios reclusos.
Se trata de Efrén Orlando Benítez, miembro de una peligrosa banda de asaltantes de cajeros automáticos y transportadora de caudales, condenado a 19 años de cárcel en enero de 2020.
Algunos medios apuntan a que el motín pudo haber sido una acción para encubrir un enfrentamiento entre dos importantes grupos criminales por el control de la prisión.