"Los médicos y equipos de rescate creen que el número real es mucho más alto", señaló el medio
Al menos tres personas murieron este lunes durante una protesta contra la junta militar en Birmania después del fin de semana más sangriento desde el golpe de Estado del 1 de febrero, con al menos 59 muertos solo en Rangún y decenas en otros puntos del país.
Según el periódico Irrawaddy Times, al menos tres personas fallecieron por disparos en Myingyan, cerca de la ciudad de Mandalay, mientras que un número indeterminado resultó herido por los disparos de soldados y policías, que abrieron fuego contra los participantes en una protesta.
Por su parte, el diario digital Myanmar Now contó al menos 59 muertos y 129 heridos solo en Rangún, la ciudad más poblada, por la represión de las fuerzas de seguridad durante las protestas del domingo, la jornada más sangrienta hasta el momento desde la sublevación militar.
"Los médicos y equipos de rescate creen que el número real es mucho más alto", señaló el medio.
El domingo también ardieron 32 fábricas de textil propiedad de empresarios chinos en Rangún, según fuentes de Pekín, lo que provocó la reacción de la Embajada china, que reclamó a las autoridades que detengan a los autores de los incendios y "garanticen la seguridad de las empresas y el personal chino.
El diario chino Global Times indicó que dos trabajadores chinos resultaron heridos, según datos de la Embajada, y que los daños en las fábricas tendrán un coste de cerca de 37 millones de dólares (31 millones de euros).
Por su parte, el Movimiento de Desobediencia Civil, que organiza las manifestaciones contra la junta a escala nacional, responsabiliza a los militares de los incendios.
"La junta terrorista es totalmente responsable del incendio de las fábricas chinas", señala en su cuenta de Twitter el movimiento.
Pekín ha ejercido su derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para no condenar el golpe de Estado en Birmania, lo que es visto por muchos de los manifestantes como un apoyo explícito del gigante asiático a los militares birmanos.
Los disturbios del fin de semana hicieron que la junta militar de Birmania anunciara este lunes la extensión de la ley marcial a varias zonas industriales y densamente pobladas de Rangún y Mandalay.
Las protestas en Birmania rechazan el poder de la junta militar y exigen el regreso a la democracia, el respeto de los resultados de las elecciones de noviembre y la liberación de todos los detenidos por los militares, entre ellos la depuesta líder del gobierno, Aung San Suu Kyi.