Los Testigos de Jehová se tomaron muy en serio la alerta sanitaria lanzada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y suspendieron su actividad en España una semana antes de que se decretara el estado de alarma. “Respetamos la vida por encima de todo y las leyes”, sostiene Juan Gordillo, delegado de la organización en Almería. “Fuimos los primeros en aislarnos físicamente y muy probablemente seremos de los últimos que volvamos a la antinua normalidad”, asegura.
La crisis sanitaria les ha obligado a reinventarse para continuar profesando su fe. Han continuado con los bautismos. Antes del coronavirus se celebraban en multitudinarias asambleas cuatrimestrales. En las últimas ocasiones, se han llevado a cabo en jardines de viviendas como las de Daniel Castellano, de Córdoba, donde instaló una piscina desmontable para llevar a cabo la ceremonia de acuerdo a las normas anti Covid. Fue “emotivo y alegre”, pero reconoce que echa de menos las rutinas de siempre. “Nos hemos agarrado a la fe y a la Biblia para soportar la soledad, pero estamos deseando que esto acabe”, confiesa. El primer encuentro, dice, “será especial”.
Por el momento, “hemos convertido nuestros hogares en pequeños salones del Reino de Dios”, nombre que reciben los salones en los que dos veces en semana se reúnen para ahondar en el estudio de la Biblia, pero también para reforzar los vínculos comunitarios, explica Gordillo.
“Ahora las familias se arremolinan en torno a las pantallas para estar cerca”, afirma. Lo hacen, como es norma, elegantemente vestidos. “Es una manera de honrar a Jehová”, añade. “Todos aparecemos arreglado en la videoconferencia, al menos de cintura para arriba, si alguno lleva chanclas, es cosa suya...”, bromea.
El uso de las nuevas tecnologías no ha sido especialmente problemático, ni tan siquiera entre los miembros más mayores, porque, apunta Carlos Egea, portavoz en la provincia de Cádiz, “veníamos usándolas tradicionalmente”. De hecho, la web está traducida a más de 1.000 idiomas y ofrece sus contenidos en una app que contiene documentos y vídeos para todas las edades con las enseñanzas de los textos sagrados.
“En la actualidad, además, un compañero de Jerez puede discursear en una videoconferencia organizada por una comunidad en Salamanca y, sin moverse del sillón, participar a continuación en una reunión con testigos en Nueva York”, valora.
También han dispuesto de Whatsapp o SMS para la predicación. El virus impide su peregrinar, puerta a puerta, o su presencia en plazas con sus ya populares carritos atestados de folletos. Sin embargo, el método predilecto es la carta manuscrita, franqueada sin remitente. No tienen respuesta inmediata ni pueden leer en el rostro del interpelado la reacción ante su discurso, pero saben que están dando consuelo. “Trasladamos un mensaje de esperanza ante el Covid-19 y estos tiempos difíciles”, afirma Samuel Andrés, residente en Almería, y quien niega que la pandemia “sea indicio definitivo del fin del mundo” que pregonan. “La Biblia habla de una señal compuesta, no solo de la enfermedad, sino tambien de grandes guerras y grandes terremotos”.
“No somos oportunistas”, subraya Egea. “No aprovechamos una situación dolorosa para hacer leña del árbol caído, no hay una fecha exacta” y, en cualquier caso, aclara, no aluden a “una catástrofe planetaria”. “El Reino de Dios intervendrá para acabar con lo que no funciona e instaurar un nuevo modelo justo, en donde estará erradicada la injusticia y la violencia”, agrega.
Partiendo de estos valores, tratan de dar ejemplo diario. La solidaridad está presente de manera habitual entre sus actividades, pero ha sido un aspecto especialmente destacable en el último año por la dificultad que han pasado compañeros y también otros colectivos, como inmigrantes o presidiarios, con los que trabajan directamente.
“No conozco a ningún Testigo de Jehová que se haya negado a vacunarse”
Los Testigos de Jehová, que se oponen a aceptar transfusiones de ella o de sus componentes principales basándose en algunos versículos de la Biblia, no tienen, sin embargo, instrucción alguna sobre la vacuna contra el coronavirus. “Es un asunto personal”, explican. “No conozco a ningún compañero que se haya negado a su administración”, añaden.