Este lunes 18 de agosto se cumplen 14 años de la desaparición de María Teresa Fernández, la joven de Motril (Granada) a la que se vio por última vez en las fiestas patronales del municipio en el año 2000, con la investigación policial aún abierta, aunque sin novedades ni pistas sobre su paradero según ha explicado a Europa Press su padre, Antonio Fernández.
"Desgraciadamente el asunto está igual", ha lamentado el progenitor quien cada semana acude a la comisaría de Policía Nacional de Motril para entrevistarse con el comisario que está llevando el caso. En la última semana, según ha narrado Fernández, ha recibido tres llamadas desde un número oculto "pero ni siquiera" descolgó, ha apuntado. La Policía ha advertido a la familia de que no presten atención a esas llamadas "porque sólo causan dolor".
Un año más no se celebrará ningún acto en recuerdo de María Teresa por prohibición expresa del médico que atiende a la madre, ya que su salud ha empeorado en los últimos tiempos. El pasado mes, la mujer sufrió un ictus que la llevó a permanecer ingresada en la UCI durante cinco días. El ataque repitió pero, a pesar de la dureza, se ha recuperado por completo. Estuvo quince días más en el hospital y continúa con la medicación pero no sufre apenas secuelas.
María Teresa Fernández desapareció el 18 de agosto de 2000, cuando tenía 18 años, en la Avenida de Andalucía de Motril, en pleno centro de la ciudad, desde donde iba a encontrarse con unos amigos para posteriormente trasladarse hasta el recinto ferial, ubicado a unos dos kilómetros de allí.
Los padres de la joven, desde que desapareció, iniciaron una campaña en su búsqueda que los llevó a repartir carteles con su fotografía por todas las comunidades autónomas, acompañadas de manifestaciones mensuales para evitar que el caso cayese en el olvido. En su lucha, contactaron con pescadores y camioneros para que llevasen la imagen de su hija a todos los rincones del país y anunciaron recompensas en páginas web a quien aportara pistas sobre su paradero.
Desde un primer momento, los padres de María Teresa Fernández descartaron la posibilidad de que su hija se escapara de casa porque no había razones para ello. Pese a los últimos avances, sólo se sabe que la joven mandó un mensaje corto al móvil de su novio que decía: "puede que tarde pero voy, espérame".