La RFAF ha dado marcha atrás en su decisión inicial, y finalmente ha optado por la designación del colegiado jiennense Padilla Bruno para dirigir el partido del próximo fin de semana que enfrentará al Salerm Puente Genil con el Lora CF, en sustitución del gaditano Boada Bouzá, cuyo nombramiento para este partido causó un hondo malestar entre los aficionados pontanenses.
En el entorno de la entidad pontanesa no gustó absolutamente nada que el Comité de Árbitros eligiese a un colegiado de la capital gaditana para dirigir el partido, ya que el equipo de Puente Genil se está jugando el salto de categoría con el filial del Cádiz, al que le ha recortado seis puntos en las dos últimas semanas y con el que precisamente tendrá que verse las caras en la siguiente jornada, un partido que puede aclarar, o estrechar aún más, la clasificación de la División de Honor Andaluza.
Además, se daba la circunstancia de que el joven árbitro recibió hace unos años un premio de una de las peñas cadistas, de la que era socio, ni tampoco ocultó en las redes sociales sus simpatías hacia el conjunto amarillo, al que ha acompañado en sus desplazamientos, en los encuentros trascendentales que ha disputado en las últimas temporadas, como cualquier aficionado más.
Por si fuera poco, y para echar más leña al fuego, Boada Bouzá dirigió hace unas semanas el encuentro que enfrentó en Puente Genil al Salerm y a la Unión Polideportiva Viso, un partido que finalizó con un marcador de 2-1 y que no estuvo exento de polémica, ya que en el minuto 38, cuando el encuentro marchaba 2-0, el trencilla concedió un gol al equipo sevillano en una jugada precedida de una clara falta al portero local en el área pequeña, una acción muy protestada por los jugadores rojinegros, que motivó el enfado de la grada y que equilibró las fuerzas, hasta el punto de que, en el tiempo de prolongación, el conjunto de El Viso del Alcor logró un segundo gol en otra acción polémica a balón parado, un tanto al que el colegiado inicialmente dio validez, pero que finalmente anuló a instancias de su asistente Caucedo Sace, colegiado de Segunda División B.
Con esos antecedentes, no se comprendían ni las razones de la designación de este colegiado, ni mucho menos el interés en que un árbitro de sentimientos cadistas pudiese dirigir los destinos del principal rival del filial del Cádiz en la lucha por el ascenso. Con el cambio de designación arbitral la afición rojinegra respira en los días previos al encuentro un poco más tranquila.
