Desde este martes, una estrella más brilla en el Paseo de la Fama de Hollywood. Russell Crowe, ganador de un Oscar por Gladiator, ya está entre los más grandes del Séptimo Arte. El mejor regalo para el actor neozelandés, que el pasado miércoles cumplió 46 años.

Flanqueado por el director Ron Howard, con el que trabajó en Cinderella Man y en Una mente maravillosa, y Brian Grazer, productor cintas como American Gangster, Crowe descubrió la que es ya la estrella número 2.404 que decora las aceras del bulevar hollywoodiense, que este año cumple medio siglo.

Un acto que quedó algo deslucido por la lluvia, pero en el que cientos de fans acompañaron al protagonista de Red de Mentiras y Master and Commander. Allí, además de su familia, también se dejaron ver otros rostros conocidos como el del presentador Jay Leno, el protagonista de Avatar Sam Worthington, el también actor Kevin Durand o Jeffrey Katzenberg, directivo de DreamWorks. El gran ausente fue Ridley Scott, su director predilecto con el que ya ha trabajado en cinco ocasiones.

Casado desde hace siete años con la ex cantante Danielle Spencer y padre de dos niños, Charles y Tennyson, Crowe logró el Oscar en el 2000 con Gladiator, y además ha estado nominado en otras dos ocasiones (en 1999 por El dilema y en 2001 por Una mente maravillosa).

Junto a su Oscar, en su ya muy nutrida carrera también ha ganado un premio BAFTA, un Globo de Oro y premio del Sindicato de Actores. Curiosamente su estrella en el Paseo de la Fama está justo enfrente del teatro Kodak, donde cada año se entregan las preciadas estatuillas.

Sus últimos éxitos han sido Red de mentiras, La sombra del poder y en pocas semanas estrenará Robin Hood, la nueva adaptación del personaje que dirige Ridley Scott que además, tendrá el honor de abril el Festival de Cannes el próximo 12 de mayo. Además, Crowe tiene ya terminado el rodaje de The Next Three Days, un thriller dirigido por Paul Haggis en el que comparte protagonismo con Liam Neeson.