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'Héroes': infancia, verano y años 80 orquestados por Pau Freixas

El realizador catalán Pau Freixas, hasta ahora dedicado al cine de género, da el salto al drama nostálgico con "Héroes", un "canto positivo a la ingenuidad y la inocencia" de aquellos veranos infantiles de los años ochenta.

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  • El director Pau Freixas (i) y los actores Nerea Camacho y Alex Brendemühl, durante la presentación hoy en Madrid de la película "Héroes", en la que la nostalgia juvenil es la protagonista.
 El realizador catalán Pau Freixas, hasta ahora dedicado al cine de género, da el salto al drama nostálgico con "Héroes", un "canto positivo a la ingenuidad y la inocencia" de aquellos veranos infantiles de los años ochenta en el que aparecen Álex Brendemühl, Eva Santolaria, Emma Suárez y Lluís Homar.

Precedida por el premio del público en el Festival de Málaga y recién proyectada en Sitges, "Héroes" recupera ese espíritu en el que "uno cree que lo que le dan es lo que es, no lo ve todo con segundas intenciones", explicó su director hoy en Madrid, tres días antes de su estreno nacional en salas comerciales.

Todo comienza cuando un exitoso publicista, interpretado por Álex Brendemühl, va hacia una importante reunión y ve interrumpido su viaje por una broma infantil que le lleva a conocer a una joven mochilera, interpretada por Eva Santolaria, quien le conectará inesperadamente con un verano de infancia en el que su vida cambió para siempre.

Freixas, curtida su retina en películas como "Los Goonies" y en "E.T." y su oído con canciones como "Forever Young", de Alphaville, llena esta historia de nostalgia, entendida como "esa sobremesa en la que hablas de todo aquello que ya no es" y resucita en su cine aquél tiempo en el que "media hora de recreo duraba un huevo".

Polos de algodón de Portugal, gafas de culo de vaso y bicicletas con frenos de tambor conviven mientras se construyen pantanos y carreteras y se producen los primeros divorcios para dibujar la infancia de ese grupo de niños que protagoniza "Héroes" y que luchan por conseguir la "cabaña mágica" del pueblo en el que veranean.

Y aunque los rostros conocidos son los de Brendemül y Santolaria -la popular Valle de la serie "Compañeros"-, así como los de Emma Suárez y Lluís Homar, los verdaderos protagonistas son los actores infantiles Mireia Vilapuig, Joan Sorribes, Marc Balaguer, Àlex Monne y Ferrán Rull.

"Es una proyección de recuerdos directa", explica el director, que ha escrito el guión codo con codo con Albert Espinosa, "uno de los diez 'ternuristas' más buscados", según el productor Luis del Val, y creador de historias tan emotivas como "Planta Cuarta" o "No me pidas que te bese porque te besaré".

Brendemülh, rostro que hila algunas de las películas independientes más destacadas del cine español como "Las horas del día", "Yo" o "En la ciudad", es el detonante de ese "flashback", un personaje "instalado en la histeria" en una película "bien escrita e inteligente" que habla de sentimientos "sin tapujos, sin miedo a ser cursi", explicó.

El intérprete catalán con ascendencia alemana, ya había interpretado retratos generacionales más ácidos en "En la ciudad", de Cesc Gay, o más desencantados en "Remake", de Roger Gual. "Era después de la Transición, una época más libre, con menos prohibiciones" pero que ha desembocado en "una generación de desubicados", reflexionó.

Pero, a pesar de ese aroma a tiempos remotos, el director reconoce que, "trabajando con cinco niños, uno se da cuenta de que, si se les da el espacio y se les quita los imputs del móvil, internet, Twitter, Tuenti y Facebook, los niños de ahora son idénticos a los de antes", expresó con satisfacción.

Tras títulos como "Cámara oscura", el director se entregó a esta cinta "de corte clásico" y se basó "en una perspectiva personal, sin pensar en emocionar al público".

"Es lo que me gusta de esta película", dijo Brendemühl, "que hasta al más escéptico le hará soltar alguna lagrimilla".

Y, entre las lágrimas, las habrá de alegría pero también de amargor, pues la película mezcla "algo bonito y algo triste", como la pura nostalgia, porque no deja de reflexionar sobre que "en el día a día del adulto tampoco pasan tantas cosas míticas. Hay un montón de días en los que no nos pasa nada", concluyó el director. 

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