El retrato de Jovellanos en el arenal de San Lorenzo (1780-1782), pintado por Francisco de Goya, oculta bajo su pintura otro, el de una mujer joven.
El retrato de Jovellanos en el arenal de San Lorenzo (1780-1782), pintado por Francisco de Goya, oculta bajo su pintura otro, el de una mujer joven cuya identidad se desconoce, también obra del artista aragonés.
Este descubrimiento ha sido posible al aplicarse sobre el cuadro, que se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Asturias, en Oviedo, una técnica de radiografía y reflectografía, según ha explicado hoy a los periodistas la restauradora de la pinacoteca asturiana, Clara González-Fanjul.
La aplicación de esta técnica, fruto del convenio entre el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) y el Museo de Bellas Artes de Asturias, ha permitido, además de descubrir la imagen subyacente, conocer el estado de conservación de la obra y orientar los estudios sobre el proceso creativo del pintor.
La utilización de las técnicas más avanzadas en materia de restauración han hecho posible que las placas radiográficas obtenidas se puedan digitalizar a través de un programa informático, lo que ha facilitado una visión global de la radiografía de la obra, que ha dado lugar al descubrimiento del retrato femenino de cuerpo entero.
La identidad de la mujer es aún una incógnita y aunque su descubrimiento no supondrá una aportación relevante, la especialista en la obra de Goya Manuela Mena (que trabaja en el Museo del Prado) investigará en este sentido.
Sin embargo, los estudios realizados hasta el momento y la nitidez de la radiografía del cuadro han revelado que se trata de una mujer joven.
Además, "por la vestimenta y la posición de la retratada se deduce que pertenece a la nobleza", ha explicado la restauradora.
Ha añadido que no cabe duda de que Goya es el autor del retrato femenino oculto, ya que aparecen muchas similitudes con el de Jovellanos, como las pinceladas cortas y decididas que describen los detalles en ambas obras.
Los protagonistas de los dos retratos están, además, contorneados, con un brazo en jarra y presentan la misma postura en los pies.
No es el único caso en el que Goya ha utilizado un retrato antiguo como base para hacer otro, ya que esta técnica le permitía pintar más deprisa los retratos de sus amigos, que solía hacer en una sola sesión, ha explicado González-Fanjul.
Este descubrimiento, que coincide con la celebración del bicentenario de la muerte del escritor ilustrado, ha sido hecho público recientemente en las II Jornadas "La Ciencia y el Arte" del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales.