Glantz se ha convertido en la tercera mujer, tras la brasileña Nélida Piñón y la argentina Olga Orozco, en recibir el Premio de Literatura en Lenguas Romances que otorga la Feria Internacional de Guadalajara (FIL), el de mayor reconocimiento de América Latina, y con él ha viajado a Europa.
La escritora, que el próximo día 28 cumplirá 81 años pero que rebosa vitalidad por todos sus poros, habló este miércoles con Efe horas antes de presentar en la Casa de América de Madrid el galardón otorgado por la FIL. "Tenía ganas de tenerlo", confesó la escritora al referirse al premio, que definió como la "coronación" de su obra.
Para Glantz, prolífica creadora, autora de ensayos, cuentos, poesía y narraciones, la literatura forma parte de su "trayectoria vital" hasta el punto que la compara con su propia "respiración, digestión o circulación sanguínea".
Y para adentrarse en el mundo de las letras, que le ha distinguido con galardones como el Xavier Villaurrutia, en 1984, la autora optó por una "propuesta arriesgada" de la que surgen obras difíciles de encajar en géneros concretos.
Se muestra convencida de que hay "muchas formas de llegar a Roma, a la literatura", aunque advierte: "el mercado pretende de que éstas vías sean escasas".
Glantz recurre "al ensayo, al fragmento o a la prosa depurada" y es en este último apartado es donde dice encontrarse "muy bien". Como ejemplo cita "Saña", de escasa circulación en España pero con gran difusión en varios países de América Latina, como Argentina.
En esta obra, incluye sus preocupaciones y sus obsesiones: el holocausto, las mutilaciones o el rechazo de lo que no es aceptado por los cánones tradicionales. Todo ello alimenta las preocupaciones de Glantz, quien muestra una verdadera predilección por la India.
"No hay lugar donde, la mutilación, la marginación y la belleza sean tan compatibles y tan incompatibles, por eso, me maravilla y horroriza a la vez", explicó la autora, quien ultima un libro sobre la India que se presenta como un texto de viajes al tiempo que una autobiografía.
Incansable trotamundos, la autora mexicana es considerada una maestra en viajar desde lo erudito a lo cotidiano y viceversa.
Y así esta especialista en la obra de sor Juana Inés de la Cruz muestra su interés tanto por ahondar en la obra de Francis Bacon, Domenico Scarlatti o Arthur Rimbaud como por visitar un museo, una librería o una tienda de zapatos, su accesorio de moda preferido.
"La erudición puede ser fatídica, por ello, trato de dinamizar el saber y hacerlo poroso de tal manera que pueda convivir lo lejano con lo cercano", reflexionó Glantz, autora también de "Los rastros" o de "Historia de una mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador", ambas editadas en España por Anagrama.
Subraya la importancia del principio de "los vasos comunicantes" en todos los ámbitos de la vida y se muestra abierta a todas las innovaciones, por lo que observa con buenos ojos la llegada de las nuevas tecnologías a las que se ha incorporado y de las que dice surgirán nuevas propuestas literarias.
El papel fundamental que han desempeñado las redes sociales en las recientes rebeliones en el mundo musulmán impulsaron a Glantz a abrirse hace poco más de un mes una cuenta en twitter (@moscas43), en la que, apuntó, la siguen ya más de 400 personas.
Su mirada crítica le hace recordar la "cantidad de mujeres asesinadas" en la población mexicana de Ciudad Juárez, fronteriza con EEUU, y a la periodista de la cadena CBS Lara Logan, quien fue golpeada y violada, durante las protestas de Egipto, para subrayar que en las guerras las mujeres son siempre las "que más sufren".
Glantz, quien ocupa un puesto en la Real Academia de la Lengua de México e imparte clases en la Universidad Nacional Autónoma de México -porque, dice, le gusta de participar en "muchas cosas a la vez"-, muestra su esperanza de que hombres y mujeres puedan abrir nuevos caminos para la paz.