Para el pintor y fotógrafo madrileño "a lo mejor es ahora cuando tiene que surgir una nueva generación con una nueva visión de galeristas y artistas", según asegura en una entrevista con Efe.
Del 8 de septiembre al 20 de noviembre la sala de exposiciones Alcalá 31, de la Comunidad de Madrid, acoge "La abstracción de la realidad", que ha comisariado Lorena Martínez de Corral, asesora de Artes Plásticas del gobierno madrileño.
La muestra inédita está formada por el vídeo "Ah! Mio cor" (2008), de 11 minutos, y cincuenta fotografías impresas en color y diversos formatos, que Ballester ha tomado entre 2004 y 2011 en ciudades como Brasilia, Sao Paulo, Pekín, Madrid, Santiago de Compostela, Zurich, Basel, Berlín, París, Nueva York y Oporto.
"El vídeo es el corazón de la exposición" que aúna "un conglomerado de imágenes reales e imágenes abstractas", con las que se cuestiona cuál es la frontera entre lo figurativo y lo abstracto a través de fotografías en las que los protagonistas son "el vacío, la luz y el espacio".
De ahí que la mayoría de las obras seleccionadas para la muestra sean imágenes de espacios vacíos y diáfanos del interior de museos reconocidos en el panorama artístico como el MOMA, el Serralves, El Prado, el Reina Sofía y el Rijksmuseum.
La exposición ofrece una visión global de los últimos viajes y proyectos de Ballester, así como de su sensibilidad artística a través de imágenes "descriptivas y alegóricas" que pueden ser unas "muy realistas, mientras que otras acarician el mundo de la abstracción geométrica", y con el objetivo de cuestionar "la relatividad de las cosas".
"Y aunque todo es relativo, lo que sí es concreto es que el mundo del arte está sufriendo la crisis global", comenta Ballester.
En la actualidad, "las circunstancias son difíciles" porque "ahora desafortunadamente ni el criterio ni el mercado" son tabla de salvación en el mundo del arte, precisa el fotógrafo, para quien en el mundo de las galerías "hay modelos que se han impuesto y otros han caído también".
Y tiene muy claro que el papel del artista también va a cambiar, tras haber estado "mitificado por ser un personaje que se sale de los tópicos y rompe moldes" o incluso cuando "en los años 90" algunos llegaron a ser "cómplices de unos intereses industriales".
En la actual crisis global, "las propuestas que se dieron hace años ya no sirven" como "tampoco sirve pintar como Velázquez o Picasso, pero sí reinterpretar (el pasado)", afirma.
Vivimos un momento en el que no sólo se cuestiona el papel del arte si no incluso uno se pregunta sí éste sigue siendo necesario, recalca Ballester (Madrid, 1960).
A diferencia de los ciclos de la economía que son a corto plazo, los del mundo del arte tiene lugar "a medio y largo plazo" por lo que las "soluciones artísticas o culturales llegarán en su momento", apunta.
En general, "cualquier artista comprometido tiene en su genética la necesidad de dar respuestas haya crisis o no", dice.
Actualmente, enfatiza, "estamos obligados a plantearnos nuevos enfoques y el arte no es ajeno a esta situación en la que todo es cuestionable y se puede poner en tela de juicio".
Pero, Ballester, alejado de una visión pesimista, sostiene que el término crisis puede suponer "oportunidad", es decir, "nuevas formas de plantearte la realidad y de buscar un espacio en ella", y recurre a una cita oriental: "Según crees, así ves".
una muestra inédita de fotografías realizadas entre 2004 y 2011, en "una situación de crisis en la que el mundo del arte está en pleno proceso de cambios".
Para el pintor y fotógrafo madrileño "a lo mejor es ahora cuando tiene que surgir una nueva generación con una nueva visión de galeristas y artistas", según asegura en una entrevista con Efe.
Del 8 de septiembre al 20 de noviembre la sala de exposiciones Alcalá 31, de la Comunidad de Madrid, acoge "La abstracción de la realidad", que ha comisariado Lorena Martínez de Corral, asesora de Artes Plásticas del gobierno madrileño.
La muestra inédita está formada por el vídeo "Ah! Mio cor" (2008), de 11 minutos, y cincuenta fotografías impresas en color y diversos formatos, que Ballester ha tomado entre 2004 y 2011 en ciudades como Brasilia, Sao Paulo, Pekín, Madrid, Santiago de Compostela, Zurich, Basel, Berlín, París, Nueva York y Oporto.
"El vídeo es el corazón de la exposición" que aúna "un conglomerado de imágenes reales e imágenes abstractas", con las que se cuestiona cuál es la frontera entre lo figurativo y lo abstracto a través de fotografías en las que los protagonistas son "el vacío, la luz y el espacio".
De ahí que la mayoría de las obras seleccionadas para la muestra sean imágenes de espacios vacíos y diáfanos del interior de museos reconocidos en el panorama artístico como el MOMA, el Serralves, El Prado, el Reina Sofía y el Rijksmuseum.
La exposición ofrece una visión global de los últimos viajes y proyectos de Ballester, así como de su sensibilidad artística a través de imágenes "descriptivas y alegóricas" que pueden ser unas "muy realistas, mientras que otras acarician el mundo de la abstracción geométrica", y con el objetivo de cuestionar "la relatividad de las cosas".
"Y aunque todo es relativo, lo que sí es concreto es que el mundo del arte está sufriendo la crisis global", comenta Ballester.
En la actualidad, "las circunstancias son difíciles" porque "ahora desafortunadamente ni el criterio ni el mercado" son tabla de salvación en el mundo del arte, precisa el fotógrafo, para quien en el mundo de las galerías "hay modelos que se han impuesto y otros han caído también".
Y tiene muy claro que el papel del artista también va a cambiar, tras haber estado "mitificado por ser un personaje que se sale de los tópicos y rompe moldes" o incluso cuando "en los años 90" algunos llegaron a ser "cómplices de unos intereses industriales".
En la actual crisis global, "las propuestas que se dieron hace años ya no sirven" como "tampoco sirve pintar como Velázquez o Picasso, pero sí reinterpretar (el pasado)", afirma.
Vivimos un momento en el que no sólo se cuestiona el papel del arte si no incluso uno se pregunta sí éste sigue siendo necesario, recalca Ballester (Madrid, 1960).
A diferencia de los ciclos de la economía que son a corto plazo, los del mundo del arte tiene lugar "a medio y largo plazo" por lo que las "soluciones artísticas o culturales llegarán en su momento", apunta.
En general, "cualquier artista comprometido tiene en su genética la necesidad de dar respuestas haya crisis o no", dice.
Actualmente, enfatiza, "estamos obligados a plantearnos nuevos enfoques y el arte no es ajeno a esta situación en la que todo es cuestionable y se puede poner en tela de juicio".
Pero, Ballester, alejado de una visión pesimista, sostiene que el término crisis puede suponer "oportunidad", es decir, "nuevas formas de plantearte la realidad y de buscar un espacio en ella", y recurre a una cita oriental: "Según crees, así ves".