El próximo viernes se estrena 'La voz dormida', el filme por el que María León ha conseguido la Concha de Plata en San Sebastián.
Benito Zambrano vuelve a las pantallas con "La voz dormida", cinta que adapta la novela de Dulce Chachón y que pisa el terreno minado para el cine español, la posguerra, un sambenito del que el director de "Solas" se defiende: "Es muy triste tener que justificar por qué hablar de ese periodo", confiesa a Efe.
"Es un periodo de vital importancia desde el punto de vista histórico. ¿Todo el mundo está sobrado de conocimientos? Yo creo que no. ¿Sabemos realmente lo que pasó sobre todo en los primeros cinco o seis años del franquismo, hasta que los alemanes pierden la Segunda Guerra Mundial?", protesta Zambrano.
"¿Sabemos que en octubre del año 40 este señor (en alusión a Franco) se estaba reuniendo con Hitler, que es uno de los grandes asesinos de la Historia de la Humanidad y se saludaron y pactaron?", prosigue.
Aunque no se estrena en salas comerciales hasta el próximo viernes, "La voz dormida", en la que Zambrano muestra la resistencia de las mujeres del bando republicano en los primeros años tras el fin de la Guerra Civil, lleva ya una larga trayectoria que la ha expuesto a la opinión de la prensa y del jurado del Festival de San Sebastián, donde la actriz María León consiguió la Concha de Plata.
Con críticas que apuntaban cierta rutina en su abordaje a esa posguerra española pero con recepción calurosa por parte de las plateas, Zambrano recuerda: "La gente abarrotó la sala, no se fue nadie que yo viese en dos horas de proyección y sentí emoción en la sala".
Por eso, pregunta al crítico de cine. "¿En qué lugar te colocas tú para ver una película, cómo te relacionas con la película que alguien te presenta que le ha costado x tiempo de trabajo? ¿Por qué tú ves eso y la gente ve otra cosa?".
"Yo hago historias para el público, para transmitir emociones (...) la gente te dirá si (la película) es buena o mala, será el público el que la hará grande o pequeña. Todo lo demás va a pasar rápido", argumenta.
"La voz dormida", que fue una de las tres películas preseleccionadas para representar a España en los Óscar, supone el primer viaje en el tiempo de este director que vive de manera espartana para poder dedicarse a sus proyectos, pero es muy reconocible esa mirada atenta a lo femenino que le dio a conocer en "Solas".
"Las mujeres en la Segunda República se entusiasmaron y soñaron con un cambio importante, con una posibilidad de igualdad que hasta entonces no habían tenido. La Guerra Civil y lo que viene después supone un paso todavía más atrás de donde estaban", asegura Zambrano.
"Se las reprimió de manera cruel porque se atrevieron a retar a una cultura machista y eso no lo iban a permitir ni los militares, ni la iglesia ni la jerarquía de ningún tipo. Dulce (Chacón) les da a ellas un espacio y un protagonismo que muy pocas veces han tenido", explica.
Explorando los sufrimientos que no se recogen en los libros de Historia, Zambrano también da luz verde a otro de sus talentos indiscutibles, la dirección de actores.
"Quitando algunos cineastas complicados como Peter Greenaway, todos contamos historias de personas. Los actores son los que ponen la voz, mirada, sentimientos y verdad a lo que estás contando. son lo más importante después del guion", dice hablando no solo de María León, sino de Inma Cuesta, Marc Clotet y Daniel Holguín.
Pero pese a sus desgarradas interpretaciones, Zambrano reconoce que ha manejado el dolor con prudencia. "El dolor se refleja en muchos cuadros de la pintura, como en la Pasión de Cristo. El pintor embellece el dolor para encontrar su poética, no para que entre más fácil", explica.
Y concluye: "Hay gente a la que le puede resultar ofensivo y trágico que muera un perro y hay gente que ni se inmuta porque mueran miles de personas. Es un mundo muy complicado".