Picasso linograbador. Retratos de Jacqueline, que se inauguró ayer y podrá visitarse hasta el próximo 1 de marzo, pretende ser un reflejo de la relación que Picasso mantenía con las mujeres, una de las facetas más controvertidas de su obra.
La muestra, que apenas recoge seis linograbados –todos ellos de 1962– y un documental sobre la relación del creador con Jacqueline, es “una aproximación muy cercana, un zoom” a una serie concreta del pintor, la más sosegada de las que dedicó a sus amantes, según explicó el comisario de la colección, Juan Carrete.