José María Tornay es un enamorado de la cultura, de la música, de la literatura, del teatro, de su familia, de Ronda, de la vida -“que es más espectacular que cualquier cosa que tú inventes”, asegura-.
Muestra de ello es su página personal en Internet, que titula
‘Cada loco con sus temas’, donde vuelca su inspiración como si fuera una biblioteca llena de estantes en los que ordena todos y cada uno de sus pensamientos.
Acaba de ser reconocido en el
Día de Andalucía por su contribución a la Cultura, con mayúsculas, un homenaje que recibía “con mucha humildad, que es la virtud que te pone los pies en la tierra, y te hace conocer que tú no eres ni sabes más que nadie, que siempre hay que seguir aprendiendo”.
Y esto lo hace desde su grupo,
Entreamigos, pues “sin ellos nada sería igual, porque creen en mí, y levantan mis cosas desde el pozo de la imaginación hasta las alturas de sus enormes talentos, que son infinitos, como Ronda”.
¿Qué significa para José María Tornay formar parte de Entreamigos?
–Tener un grupo siempre te facilita poder trasladarle las cosas a más gente, porque si escribes un libro lo leen unos cuantos, si escribes un poema lo mismo, pero si tienes gente que represente aquello que a ti se te ocurre, tienes una facilidad muy grande para llegar a muchas más personas que de otra manera, a través de libros, por ejemplo, no llegarías. Eso facilita la tarea de divulgar lo que uno quiere hacer.
¿Cómo empiezan esta aventura?
–Esta etapa de ahora la empezamos en el año 2009, cuando me pidieron que diera el pregón de la Feria de Pedro Romero, y le pedí a unos amigos que habían estado conmigo en un grupo anterior que me acompañaran. Empezábamos con una canción y teminábamos con la misma canción, y en medio iba el pregón hablando de Ronda. A partir de ahí decidimos darle continuidad y surge el grupo Entreamigos.
En unos días estrenan en el Teatro Vicente Espinel ‘Ronda, Verdad Infinita’.
–‘Ronda, Verdad Infinita’ se compone de una serie de escenas en las que se representa un personaje y a la vez lleva asociada una canción original, pues nosotros no hacemos versiones, todas las canciones y los textos son originales. El hilo conductor esta vez son dos señoritas que se encuentran, digamos que son como unas musas del teatro y que ellas trasladan toda la magia. Una magia que hace posible, por ejemplo, que dos personajes de distintas épocas se encuentren en el escenario. Todo el misterio, todo lo que conlleva el teatro lo queremos trasladar para hacer presente la historia de Ronda, sus personajes, sus rincones, sus leyendas. Algo que siempre nos dicen es que no solo divertimos, sino que educamos, o que educamos divirtiendo.
¿Qué mezcla de estilos musicales encontrará el espectador? –Se mezclan estilos, si hablamos de Pedro Romero, meto un pasodoble. Hay rock, hay pop, no hay ni una canción que se parezca a la otra, porque cada escena se contextualiza con una música en función de la época, en función de los personajes. Todo es en directo. Cada vez se prescinde más, se hace mucho ‘playback’, y la riqueza de la música en directo, lo que traslada y transmite, no tiene parangón con ningún disco.
Además de los integrantes de Entreamigos cuentan con colaboraciones especiales.
–Somos todos miembros del grupo, pero también tenemos colaboraciones especiales de los actores Marcos Marcell y Luis Mariano López y la actriz Charo Carrasco, y en música de María Villalón, con una canción que grabó con nosotros hace tiempo y que va a abrir el espectáculo, ‘Mi tierra’.
Y además tiene un componente benéfico.
–Siempre lo hacemos benéfico, la solidaridad es lo primero. Esta vez destinaremos el 50 por ciento de la recaudación a una hermandad de Ronda que tiene una obra social extraordinaria, la Hermandad del Santo Entierro. Con la mitad que nos corresponde a nosotros cubriremos gastos, que casi siempre llegamos muy justos.
¿De dónde le viene esa vena musical?
–No lo sé, porque en mi familia no había ningún músico. Cuando era chico yo estaba todo el día pegado a la radio escuchando canciones, las de aquel tiempo, ya en la juventud los Beatles, los Rolling, todo el pop, y siempre me ha enganchado, me parece que es una forma magnífica de comunicarse, más sencilla que cualquier otra. Llega antes y mejor.
Y cuando pasó por el TES de Ronda, ¿también estaba vinculado a la música?
–Había un grupo musical y yo estaba más en éste que en el teatro. Ahora lo que hemos hecho es inventar una fórmula que une teatro, música y poesía, un gazpacho bastante curioso. No había visto antes una cosa igual, pero creo que queda muy bien.
Como autor, y viendo el contenido de su página de Internet y lo prolífico que ha sido, seguramente no le falta inspiración.
–La página web la monté para ordenar mis cosas, si no se te van perdiendo. Me obliga a tenerlo todo muy estructurado, como si fuera una biblioteca con sus estanterías. La inspiración es la vida, no hay nada más que mirar, la vida es más espectacular que cualquier cosa que tú te inventes. Siempre la realidad mejora la ficción. Si estás despierto y miras cómo pasa todo a tu alrededor es fácil componer y escribir.
Escuchándole, seguramente fue uno de esos profesores que dejaban huella.
–Espero, esa era una de mis ilusiones, pero eso habría que preguntárselo a mis alumnos. He sido profesor toda mi vida, en el colegio Santa Teresa, en las Delicias, y al final de mi etapa educativa en el colegio Fernando de los Ríos. He intentado divertir educando y educar divirtiendo. Que las clases no fueran aburridas, es lo que más me dicen mis alumnos. Era ameno.
Entre sus trabajos, encontramos los conciertos dedicados a Joan Manuel Serrat y a Joaquín Sabina.
–A mí me han gustado mucho los cantautores porque vinculaban dos cosas que me gustan mucho, la poesía y la música. Hace unos años hicimos uno que se llamó ‘Serrat en el Corazón’ y después otro que se llamaba ‘Pongamos que hablo de Joaquín’, jugando con el título de su canción ‘Pongamos que hablo de Madrid’.
¿Cómo fue la experiencia de ser pregonero?
–Fue una cosa alucinante porque yo no esperaba en mi vida haber hecho un pregón, y la primera vez que me lo pidieron fue el de la Feria de Pedro Romero. Yo quería cantarle a Ronda, pero no a los grandes monumentos. Quería hablar de las pequeñas cosas, y hay una canción de Serrat que se llama ‘Aquellas pequeñas cosas’, y empezábamos cantando, y cuando llegaba a la mitad me paraba y empezaba a hablar de las pequeñas cosas de Ronda, en verso casi todo, y lo rematábamos cerrando con la misma canción.
¿Y después de ‘Ronda Verdad Infinita’?
–Ronda es una fuente de inspiración constante. Cuando acudo a lo de imposible o infinita lo hago porque son adjetivos abstractos que de alguna manera captan mejor la realidad que un adjetivo más concreto. Ronda es tan misteriosa tan potente en su paisaje, en su emplazamiento, incluso en su gente, aquí la gente tiene una idiosincrasia muy personal. Después hay cosas, sobre todo musicales, a ver qué se nos va ocurriendo, pero poco a poco, porque todo esto tiene un proceso.
¿Qué le queda por hacer? –Escribir una novela, pero tampoco me lo he planteado nunca. Es un género que me encanta como lector. Yo soy más sintético, me gusta la canción, yo escribo sobre todo canciones, la gente las llama poemas, pero a mí me gusta llamarlas canciones.