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Rota

Se abre la puerta a las Fiestas del Rosario con el pregón celebrado en la O

Enrique Soler Gil alaba la trayectoria de fe rosariana de Rota desde sus orígenes

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Rota se prepara para vivir las Fiestas dedicadas a su Patrona, las más antiguas de la localidad y como antesala, esta mañana se celebraba el LXVII pregón, también el más antiguo que se celebra en la Villa. La Iglesia de la O ha sido, como siempre, el lugar elegido para esta celebración, que comenzaba tras la eucaristía con el solemne traslado de la Patrona hasta el altar mayor de la parroquia.

La cuadrilla de costaleros guiada por Manuel García, y a los sones de la marcha Patrona, Señora y Madre de Francisco Carrasco Córdoba, dirigía a la patrona hacia el altar, precedida del Hermano Mayor de la Hermandad del Rosario Coronada, Juan Antonio Díaz Romero, la alcaldesa de la Villa, María Eva Corrales, y el presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, Gregorio Sánchez Alonso. La Banda Municipal de Música Maestro Enrique Galán ha puesto el acompañamiento musical a este pregón.

Multitud de personas, como ya viene siendo habitual, quisieron presenciar esta preciosa maniobra, en un día caluroso que ha hecho que el rumor de los abanicos se sumase al arrastrar de los pies de los costaleros de la Virgen del Rosario. Una vez situada en el altar mayor, y de cara a los fieles, se ha situado a la presidencia a los pies de la patrona, uniéndose a ellos el arcipreste Manuel Jesús Ortiz, y el pregonero, Enrique Soler Gil.

Ha sido tarea del secretario de la Junta de Gobierno de la Hermandad del Rosario Coronada, José Manuel Bernal Márquez, presentar al pregonero, Delegado Diocesano de Patrimonio de la Diócesis de Asidonia-Jerez, y erudito en teología, antropoligía cultural, e historia. El presentador ha recorrido la trayectoria vital y académica de este jerezano, deteniéndose en sus virtudes personales, alabando su sencillez, su "plena disponibilidad, y ser un gran amigo de sus amigos, afable en el trato, que ha hecho que todos los roteños que le tratamos y conocemos le mostremos nuestro respeto, amistad y cariño".

Después de que el Hermano Mayor del Rosario impusiese al pregonero la Medalla de la Hermandad, subía Enrique Soler Gil al atril. 

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