El Bloque Ciudadano de Rota, la Base Natural y Cultural de Rota, Equo y Ecologistas en Acción han vuelto a solicitar al Ayuntamiento de Rota que se plantee la creación de una patrulla de Guardería Rural para el término municipal.
Estos grupos locales insisten en esta necesidad, recordando la antigua presencia de los conocidos como "guardacampos", personas que se ocupaban de la vigilancia de las zonas rurales. Por eso vuelven a proponer al nuevo equipo de Gobierno que un par de guardas municipales, bien de la Policía Local o en concierto con la Peña de Cazadores, se dediquen a realizar labores de vigilancia por los caminos y riberas de los arroyos con el objeto de vigilar y multar, si llegara el caso, ante el abandono del patrimonio natural y cultural de la Villa.
Los colectivos proponentes recuerdan que la "casi olvidada, pero vigente" Agenda 21 recogía atajar todas estas cuestiones que ahora denuncian, "por lo que se hace necesario y urgente una dispuesta Guardería Rural, a poder ser en contacto con el SEPRONA para los casos que hicieran falta". Estos vigilantes se ocuparían de evitar los vertidos de escombros en caminos, riberas y arroyos (incluidos los de amianto en el SUNP R2 producidos hace algunas semanas), las talas de árboles y arbustos de ribera (denunciado en el arroyo Salado, hace ahora un año), las usurpaciones de terrenos públicos, la colocación de trampas para aves insectívoras, las construcciones ilegales, la caza sin licencias, la vigilancia de fincas, ganados y huertos, la aparición de posibles yacimientos arqueológicos, las agresiones al hábitat de especies protegidas como el Camaleón, las agresiones en el monumento Natural de los Corrales de Rota sin que se denuncien la colmatación y aparentes vertidos que están dejando aquel espacio historico con menos vida cada vez, los incendios repentinos o intencionados como las dos cunetas a la altura de La Capitana que se llevaron por delante palmitos enormes el pasado septiembre, los restos de plásticos de invernaderos, de envases de productos fitosanitarios, etc., y/o el maltrato a plantaciones en terrenos públicos o abusos en extracciones de agua de pozos públicos, entre otras agresiones.
Los proponentes recuerdan que en pueblos cercanos ya existen este tipo de vigilantes, y tienen un cometido muy completo y satisfactorio sin ser una carga para las arcas municipales. Sin ellos, el único recurso de los conservacionistas son las denuncias esporádicas a través de avisos anónimos o visitas ocasionales al campo, para luego no saber bien si las denuncias han de ser dirigidas a la Policía Local o directamente al SEPRONA.