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San Fernando

Unas rayas mal pintadas

De nada le sirve a un Gobierno hacer cien cosas bien si falla en una y además produce chanza o indignación.

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Nadie duda de que el Gobierno municipal está trabajando por solucionar los muchos problemas que tiene la ciudad, aunque la labor que esté desampeñando hasta ahora no sea percibida por los ciudadanos. Y nadie va a poner en duda que se están haciendo mejor las cosas en muchos apartados que hasta ahora han sido un dechado de esperpento y y barbaridades propias de la época de vacas gordas que se volvieron anémicas a patir de 2007.

Sin embargo, y eso lo saben muy bien tanto los políticos como todas las personas que tienen que trasladar a la calle su trabajo, de nada sirve hacer cien cosas bien si haces una mal y si además lo que se ha hecho mal produce chanza o causa indignación -o las dos cosas a la vez- en la opinión pública,  está asegurado un menoscabo de la gestión general, sin separar la paja del trigo, lo bien hecho de lo mal hecho.

Eso le ha ocurrido y le viene ocurriendo con demasiada asiduidad al Gobierno actual y la última semana con un caso tan simple como unas rayas mal pintadas en algunas calles, a pesar de que se trate de un trabajo que no ha sido recepcionado ni abonado y se haya instado a la empresa concesionaria a reparar el trabajo mal hecho.

Ya le va a resultar difícil a la concesionaria del pintado de la señalización horizontal de las calles borrar las rayas, pero más le va a costar al Gobierno municipal quitarse de encima el sambenito de falta de celo de los inspectores o descontrol en el control del dinero público.

Y lo más curioso es que posiblemente por errores mayores no ocurra nada, pero la selectividad de la ciudadanía a la hora de poner ejemplos es tan proverbial y errática a la vez, que difícilmente se puede acertar a discernir en qué parcela se puede ejercer el derecho a equivocarse. ¿En ninguna?

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