Costó 113 millones de las antiguas pesetas de los que el Ayuntamiento aportó 35 y sus dimensiones son grandes. No colosales, pero lo suficientemente grande como para no pasar desapercibida. Y como para producir quebraderos de cabeza a quienes han intentado moverla. Que lo han hecho.
Pero sobre todo, la Fuente de Tusquet, la Fuente de la Comunicación porque une dos mundos, Europa y América, es uno de los más sonados timos de la estampida.
¿Por qué? Primero y principal porque la fuente -dicen rumorean y tien sentido- no fue diseñada para San Fernando aunque se le buscara un argumentario pensando en la conmemoración del 200 aniversario de la Cortes de la Real Isla de León. Se hablaba de los dos continentes unidos y del papel de San Fernando en la unión de las antiguas colonias americanas gracias a la Constitución de 1812. Así, con un calzador.
Lo que se dice es que la fuente fue diseñada para la Exposición Universal de 1992 en Sevilla, la Expo‘92, cuando se conmemoraba el descubrimiento de América. En ese contexto tiene todo el sentido del mundo.
Pero la fuente estaba pansada para ser observada desde arriba -por lo que tenía que ir en un emplazamiento bajo- y sería cuando los rayos del sol interactuaran con el agua que se desprende de la barca cayendo a la lámina de la base, distribuida en varios niveles concéntricos.
Obviamente, en la rotonta de la Ardila nunca se vieron esos efectos sobre el agua, entre otras cosas porque la fuente duró poco en funcionamiento, el tiempo de ver que el agua inundaba la carretera poniendo en peligro el tráfico rodado. En todo caso podrían haber visto esos efectos los habitantes del bloque de viviendas con el que empieza la calle Real. Los demás, nada.
En segundo lugar, fue un timo porque nunca se terminó. Las obras comenzaron en 1999 y terminaron un año más tarde, debido a varios parones en los trabajos. La estructura constaba de unas fibras de polietileno que reflejaban -o debían reflejar- los rayos del sol sobre el agua, así como otros elementos que finalmente no se instalaron.
En tercer lugar, porque con lo que se habló de su significado, del respeto al autor de la obra y de lo que debe ser una obra de arte catalogada y publicitada en el catálogo del arquitecto catalán, todo quedó un poco en entredicho cuando en 2009 se autorizó por el autor una auténtica poda de elementos sin los cuales la explicación del monumento es más que complicada. Por no decir imposible.
El traslado y la ‘poda’
En 2008, con las obras del tranvía pasando justo por el centro de la estructura de la fuente, se comenzaron a barajar opciones para mantener el monumento en la ciudad, incluida la posibilidad de desarmarla y guardarla en un almacén municipal (opción que contaba con el beneplácito de no pocos ciudadanos).
Se barajó la idea de llevarla a una de las grandes rotondas de la ciudad -hay que recordar que los andalucistas construyeron más rotondas que Franco pantanos, aunque se pueda decir que más debieron haber construido- y había donde elegir.
Una de ellas podía ser la de Camposoto, conocida como de las Banderas. Otra la de Tomás y Valiente, que ahí si que cabe la fuente de Tusquets y otra más que que se quiera instalar.
Al final, ya en 2009, el concejal del Partido Popular, que gobernaba en coalición con los andalucistas, Pascual Junquera, anunció que la fuente se iba a instalar en una esquima del parque del Oeste, cogiendo para ello un par de metros de la zona verde junto la valla que da a la carretera.
¿Por qué ese lugar y no algunas de las rotondas mencionadas? Junquera, aseguraba que se trataba de una obra de arte catalogada y que no puede desmontarse y guardarse en un almacén, además de que su ubicación en la Ardila fue decidida por el autor de la obra “en el momento de crearla y hay que respetar esa decisión ubicándola en el lugar más cercano”.
Según el delegado municipal, tampoco se podía permitir que aprovechando el traslado se redujeran sus dimensiones “porque podría colisionar con los derechos intelectuales del artista, por lo que ocupará toda la rotonda actual del parque y se adentrará un metro y medio aproximadamente en la zona de césped”.
Pues bien, ni propiedad intelectual ni decisión del autor de crearla expresamente para ubicarla en la rotonda de la Ardila. Al final y tras la presión de la Federación Isla de León y la oposición, se decidió eliminar los vasos circulares que conformaban los estanques concéntricos externos y desplazar la estructura hacia el lado del parque del Oeste unos metros, lo suficiente para que pasaran los raíles del tranvía.
Reinterpretada
¿Que la fuente ya no tiene sentido o al menos no el que tenía originariamente? Un artista es libre de reinterpretar su obra, pero la impresión a ojo de buen cubero es que defender el mensaje y el espíritu de la obra no era una prioridad del escultor catalán. O se trata de un hombre extremadamente poco pragmático, que todo es posible.
Lo realmente cierto es que la estructura central, por supuesto, sin agua, fue trasladada unos metros en unos trabajos que -eso sí- fueron dirigidos por el estudio de arquitectura del autor.
El arquitecto Carles Díaz, socio de Tusquets y director general del estudio TDA – Arquitecturas Oscar Tusquets Blanca, mostró su agradecimiento al alcalde isleño “por su confianza al consultarnos un tema que para nosotros significa poder intervenir en la recuperación de un monumento que apreciamos mucho”.
El propio estudio de arquitectura de Tusquets y Díaz se ofreció para “clarificar cualquier aspecto de la modificación” y se puso a disposición del Ayuntamiento “para todos los apoyos técnicos que pueda precisar” con la seguridad de que “conseguiremos que esta compleja operación” sea un éxito. Y lo fue. Allí está la fuente. O lo que queda de ella.
De la “complicada” operación de desmontaje y reinstalación de la fuente Tusquets se encargó, obviamente, la entonces llamada Consejería de Obras Públicas y Transportes, administración que promueve la actuación del tranvía. La Fuente de Tusquets o de la Comunicación, sin embargo, tiene cosas positivas. Lo primero es que aparece en la Wikipedia y en muchos catálogos de arte.
Y lo segundo es que la Fuente de la Comunicación tal y como se encontraba antes de ser mutilada por segunda vez para permitir el paso del tranvía llegó a estar entre los “horrores monumentales” de una encuesta a nivel de todo el territorio nacional realizada por la emisora de radio Libertad Digital es.Radio. Ocupó el número 29 entre algo más de 300 monumentos de todo el país. Otro de los "horrores monumentales" era, por cierto, el famoso candado en la capital gaditana, el monumento de la libertad de expresión.
Sin la barca
Echada a un lado, abandonada, sin mantenimiento, olvidada o asimilada por los isleños que ya la aceptan como parte del paisaje -aunque alguien no pueda privarse de soltar algún comentario cuando pasa por la zona-, la última aventura de la fuente de Tusquets y que la trae al primer plano es el viento. El fuerte viento. Efectivos del Bomberos del Consorcio de Bomberos de la Provincia de Cádiz en el parque de San Fernando intervinieron en la noche del martes en el afianzado de la Fuente de la Comunicación ubicado en la rotonda Gómez Pablo.
Tras la actuación de Bomberos se observó que varios puntos de sujeción de esta estructura han sufrido los efectos de la persistente y adversa situación meteorológica y desde el Ayuntamiento se decidió retirar ese elemento.
Los trabajos se adjudicaron por vía de urgencia -como no podía ser de otra manera- a la empresa Isleños del Hierro que, a lo largo del mediodía y primeras horas de la tarde retiraron la barca para posteriormente trasladarla a las instalaciones de la Concejalía de Vías y Obras.
El concejal Antonio Rojas aseguró que en breve se licitarán los trabajos de restauración de la barca que posteriormente volverá a ser colocada en su lugar habitual.
Durante el proceso del desmontaje se ha prohibió la circulación por el carril más cercano al monumento, habilitándose un total de 35 conos señalizadores y una pareja de agentes de la Policía Local que controló el tráfico de acceso y salida a la ciudad con el objetivo de que esta intervención no afecte a la circulación rodada.
¿Qué queda ahora? Pues esperar que los trabajos de reparación de la barca comiencen y sobre todo, que se terminen y el elemento arquitectónico del monumento sea devuelto a su lugar.
¿Y qué ocurre si pasan las semanas, los meses y los años y la barca no vuelve a su lugar? Pues posiblemente, nada.
La Fuente de Tusquets ya es mucho más que una obra de arte. Es el monumento a una época de la historia reciente en la que todo lo grande se vendía al peso político que permitían el desenfreno de los responsables políticos de todas las categorías en gastar el dinero de los contribuyentes en obras faraónicas. De ejemplos está España llena.
A todo lo más, alguien cantará en febrero que viene esa famosa canción que mereció más en Eurovisión.
¿Quién maneja mi barca?. Y le darán cero point en el Falla.