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No hace falta que nadie los engañe porque ya llegaron engañados

La encrucijada en la que está la plantilla de la Limpieza sólo tiene salida con una nueva plica que no se haga a prisa y corriendo y según la nueva Ley de 2017.

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  • Concentración ante el Ayuntamiento. -

Por muchas vueltas que se le dé a la plica de la Limpieza, esa que se aprobó en el Pleno aunque es dudoso que todos los que dieron el sí estudiaran sus fortalezas y debilidades, el documento que está sobre la mesa se hizo deprisa y corriendo a pesar de haber tenido un año para confeccionarla.

Deprisa y corriendo por dos motivos de los que ya no cabe la menor duda. Principalmente para aprobarla antes de la entrada en vigor de la nueva Ley de Contratos del Estado, mucho más garantistas con los derechos de los trabajadores y sobre todo, con la transparencia en ese tipo de contratos.

Después para que la concesión se hiciera antes de las elecciones municipales, aun a costa de engañar a los trabajadores de la Limpieza que sí estaban al tanto desde el principio de los efectos nocivos del documento.

Por qué no la impugnaron -los trabajadores- obedece a una razón explicada tanto en la rueda de prensa en la que anunciaron la huelga prevista para Semana Santa -que sigue adelante como en la concentración del viernes pasado en la puerta del Ayuntamiento.

Los trabajadores mostraron su preocupación porque tenían pendiente una negociación del convenio colectivo, que estaba en prórroga de un año y así lo explicaron al Gobierno municipal bipartito.   

 Pero desde el Gobierno municipal bipartito les dijeron que tenían tiempo hasta el mes de octubre de este año. O sea, los engañaron y los trabajadores lo dicen a boca llena.

Ese engaño es el que los ha cogido con el pie cambiado y hubiera dado lugar, de haberse aprobado el siguiente paso administrativo en el Pleno de la semana pasada, a un conflicto laboral en el que los perjudicados serían siempre los trabajadores. Y después, la ciudad.

La decisión de Ciudadanos

El cambio de posición de Ciudadanos ha sido determinante, pues, para conseguir dos cosas. La primera, que se encienda la alarma en todos los partidos de la oposición que no estaban alarmados por el deterioro de los derechos laborales de la plantilla.

Y la segunda, que se dé una segunda oportunidad para sacar una nueva plica, que se puede, que realmente sirva para tener limpia la ciudad y dentro de una paz social que no perjudique el primero de los postulados.

El Partido Popular tuvo claro desde el principio que el documento estaba cogido con alfileres y que la subjetividad se imponía sobre la objetividad y por eso votó estuvo siempre en contra. Y el jueves pasado, también.

El PP, además, aporta otro dato preocupante y es la posibilidad de que la empresa concesionaria, sea la que sea, pueda trocear el contrato hasta en diez subcontratas. Y eso siempre es un riesgo

¿Saben todos los partidos que con la nueva Ley de Contratos del Estado que entró en vigor el año pasado el Ayuntamiento puede pagar directamente a las subcontratas en caso de conflicto? Con la plica que hay sobre la mesa la conflictividad es posible.

Podemos antepuso los intereses de los trabajadores a los de las empresas y anunció su posición en contra de la aprobación plenaria y Ciudadanos se negó a ser “cómplice” del empobrecimiento de un centenar de familias.

Aún queda una voz, que se manifestó a través de las redes sociales, la de la concejala no adscrita, Inmaculada López, que antepuso su desconfianza sobre el comité de empresa a lo que realmente se estaba debatiendo, que era el futuro de la plantilla al completo. Y que iba a votar sí.

Una tregua

Al final no hizo falta nada porque el Gobierno municipal retiró del orden del día del Pleno de febrero el punto en el que se iba a pedir a la empresa seleccionada por la mesa de contratación la documentación pertinente. O sea, que no hubo debate sobre la cuestión y se espera a ahora un mejor tiempo.

Ni que decir tiene que la decisión del  Gobierno sentó como un tiro a los trabajadores que esperaban que el procedimiento se paralizara, aunque el pensamiento de la plantilla está en lo que apuntaba al principio, a los cambios de fechas que les anunciaban desde el Gobierno y que se iban cambiando en función de los intereses que no eran los suyos hasta dejarlos en el limbo en el que están en la actualidad.

En la concentración del viernes ante el Ayuntamiento provisional de la calle Real conocían ya la respuesta que la empresa Cespa había  dado a las centrales sindicales sobre sus intenciones.

Juan Manuel Rocha, responsable de Organización de la FSP-UGT, explicaba que la empresa había transmitido su intención de tomar posesión del contrato de la Limpieza, examinar la situación durante un mes y luego sentarse a negociar con los trabajadores. Admitiendo incluso la revisión salarial.

La plantilla tiene clara una cosa, máxime cuando ha sido engañada sistemáticamente sobre los plazos del procedimiento. Quieren hechos consumados, firmados con cifras y letras y no una promesa de negociación después de que hayan perdido todas las opciones.

Esa es precisamente la situación que llevaría a la conflictividad laboral y al deterioso del servicio, porque volviendo a los números  de la plica, la empresa no tiene margen para revisar precios que no sean a la baja y eso lo saben los trabajadores porque han hecho las cuentas. Y no les salen. A la empresa, tampoco.

A eso se une el otro problema que la plica no ha abordado, el de la unificación de cometidos pero no el de salarios en un servicio que se rige por dos convenios colectivos distintos. Una bomba.

La solución es comenzar de nuevo y con transparencia

 Las prisas por sacar la plica ha puesto en la picota a la plantilla porque se encuentran ahora en un callejón sin salida, salvo que se cierre el procedimiento que ha llevado a esta situación y se opte por redactar otra plica de acuerdo a la nueva Ley de Contratos del Estado. La realidad al día de hoy es que sólo está sobre la mesa una resolución de la mesa de contratación que algunas de las empresas concursantes no está claro que conozcan todavía porque en esa mesa sólo entraron representantes de Cespa y de Urbaser, según ha sabido este periódico. O sea, que se puede empezar de nuevo.

Ahora mismo la plantilla sólo puede negociar con Urbaser, a la que pertenece, pero no puede hacerlo porque una negociación colectiva con una plica aprobada desvirtuaría sus condiciones. Y no pueden negociar con la empresa Cespa porque no es todavía la concesionaria. Y cuando lo sea, primero tendrá que hacer sus números y después de sus números, los de los demás.

La prueba de que es preferible redactar una nueva plica para evitar males mayores que van a heredar los próximos gobernantes es que la propia empresa reconoce que el margen de actuación es mínimo y así se lo trasladó a las centrales sindicales el viernes. O sea, lo que vienen denunciando los responsables del comité de empresa y que trasladaron a Ciudadanos con la suficiente claridad como para que la formación naranja provocara la paralización del proceso.

Las cuentas que les salen a los trabajadores de lo que cuestan sólo los salarios que se ofrecen se eleva a más de seis millones de euros tal y como están ahora. Esto es, con una plantilla de Residuos Sólidos Urbanos, la de la Limpieza propiamente dicha que tiene un convenio colectivo aprobado y con otra, la de Reciclaje, sujeta a un convenio general del sector. O sea, con una diferencia salarial abismal entre ambas. En eso ya se incluye lo que cuestan las mejoras ofertadas.

La unificación de cometidos de todos los trabajadores pero no la unificación de salarios va a saltar por los aires y a esos más de seis millones de euros habrá que sumar un pico. Si se suma la maquinaria, no hay margen. Ninguna empresa viene a perder dinero. Y eso a pesar de que la mesa de contratación eligió la oferta económica más cara de las presentadas.

 

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