Desesperación. Así es como Julio Hierro, vecino de Gerena, describe lo que le motivó a llegar a esta situación. Con 47 años y más de 27 cotizados este sevillano ha decidido llegar al límite y poner en riesgo su salud con una huelga de hambre tras años esperando un juicio.
Fuerte de ánimo y con esperanza de cambiar su situación Julio nos ha contado como comenzó todo.
En el año 2016 empezó a tener dolores de espalda que meses después se complicaron y empezó a solicitar bajas. Ya en 2019, el médico no le recomendó dejar de trabajar pero sí con unas limitaciones, no coger más de 5 kilos de peso, no poder subir y bajar escaleras de forma continuada y no poder recorrer grandes distancias.
Es así como este vecino de Gerena llega al año 2020 con bajas de larga duración y ante un tribunal médico que no puede diagnosticarle correctamente “con unos informes antiguos porque no podían hacerme pruebas porque era época de COVID”. Es en ese punto donde comienza todo. Julio, insatisfecho con el diagnóstico que recibe decide demandar a la Seguridad Social.
Visiblemente emocionado recuerda como el mes pasado recibió una carta en la que le comunicaban que le iban a cortar la luz y el agua. “Ahí es donde empieza el problema, ha llegado el momento en el que esto ya no puede seguir, no puede seguir” ha expresado.
En este punto comienza a cambiar su vida. Asegura que lleva desde el 2021 sin cobrar ayudas ni prestaciones y que lo único que tiene para vivir son sus ahorros y la ayuda de su familia y amigos. Aquellos, con los que ayer, el día antes a su huelga de hambre, estuvo a gusto y recordando buenos momentos.
Demanda el derecho a un juicio “cuanto antes” porque de ese juicio depende la supervivencia de Julio. “Un juicio que para mí es vital”. Un juicio por el que Julio va a estar día y noche en huelga de hambre frente a la puerta de los juzgados del Prado de San Sebastián hasta que le comuniquen que se puede adelantar su vista. Además, recalcó que “hay que hacer algún tipo de excepción con la gente que no tiene recursos para vivir”.