El
presidente de Caja Rural del Sur, José Luis García Palacios, ha considerado que la
única solución a corto plazo para paliar la sequía en la provincia de Huelva es
inyectar agua de la presa portuguesa de Alqueva al sistema mientras se termina la de
Alcolea, aunque ha reconocido que
“ni siquiera depende de España, sino de Portugal”
García Palacios, durante su participación en el programa
Acento Andaluz, ha considerado que ante la situación de sequía y
obras que ni siquiera han empezado, como el desdoble del túnel de San Silvestre,
“no podemos quedarnos esperando a ver quien se lleva el gato al agua”, es una “espada de Damocles sobre la provincia de Huelva muy peligrosa”, apuntando que
“soluciones a corto plazo hay una y no depende siquiera de España sino del país vecino, de Portugal”, en referencia a la presa de
Alqueva.
“Me ha tocado a mí también liderar ese grupo que
reivindique y reclame el aprovechamiento de esas aguas que van al mar, a través del Guadiana y que desemboca en Ayamonte”, decía, unas
aguas que son internacionales y que se regulan mediante el
Convenio de Albufeira que “dentro de poco
cumple sus bodas de plata”.
“La idea es
aprovechar una serie de hectómetros cúbicos, que podrían
inyectarse en el sistema de regadíos de Huelva, y paulatinamente y de manera paliativa, mientras se
termina de hacer la presa del Alcolea, que consumiría varios años, y podríamos seguir
manteniendo la viabilidad y la esperanza de poder seguir produciendo alimentos, nada más y nada menos”, explicaba García-Palacios.
El presidente de Caja Rural del Sur recordaba que
la sequía ha impactado en un 2% del PIB el año pasado y que Andalucía es la región productora agrícola más importante de Europa, con el 33% de la producción agraria de España. “
Tenemos muy buenas condiciones climáticas y productivas, mucha tecnología y mucho talento pero sin embargo, siendo una potencia,
tenemos unas normas europeas que nos impactan”, lo que ha provocado unas movilizaciones para intentar que
“Europa no caiga en el mismo error que se ha producido con la energía”.
Un millón de clientes y 150.000 socios
García Palacios reconoció que las
cooperativas de crédito como es la Caja Rural del Sur es una
“rara avis dentro del sistema financiero español”, una especie de
“hermano pequeño”, con el
10% de la cota de mercado, a pesar de que, en
Europa, las tres entidades más grandes por volumen son cooperativas de crédito.
De las mil que había antes de la Guerra Civil, apenas quedan unas 40, siendo las que se agrupan dentro de la Caja Rural, la mayor de España, relataba.
“
Somos cooperativas de crédito y somos cien por cien privadas. Tenemos
150.000 propietarios, no accionistas ni impositores, son socios.
Casi un millón de clientes entre Andalucía, España y Portugal”, defendía con datos el presidente de la Caja Rural del Sur, entidad que entiende como algo
“primordial” la vinculación al territorio.
“Nuestra
cercanía hace que vayamos en
sentido contrario de otras grandes entidades del sistema financiero español”, lo que evidenciaba en la
apertura de nuevas oficinas en Huelva capital, en otros pueblos y hasta en Portugal. “No sé si vamos en sentido contrario
pero en otro camino sí, y por ahora no nos va mal, porque nosotros valoramos la cercanía del cliente”, aseguraba, recordando que
en pandemia no cerraron ninguna de sus sucursales “porque entendíamos que nuestro servicio financiero era un
servicio de cercanía y esencial para nuestros clientes”.
También apuntó que el presupuesto de la
Fundación Caja Rural del Sur, cuyos fondos emanan de la cuenta de resultados, tratan de
“estirarlo” para que llegue al medio rural, en especial en
formación, en nuevas tecnologías y en cursos para directivos, porque para García Palacios, “
el interior tiene muchísimo futuro, tanto como todo lo demás y estamos empeñados en que sea uno de los
motores de la provincia y de Andalucía".
Ha apuntado que son
responsables del cambio de paradigma, no tanto cambiar el modelo sino
hacer el modelo más productivo, con la apuesta por los
combustibles verdes, con una revolución industrial “limpia, con una altísima cualificación y necesaria” porque puede ser el combustible del
“futuro, limpio, barato y accesible y casi ilimitado”, lo que permitirá
generar y distribuir riqueza y empleo.