El escritor Juan Cobos Wilkins ha asegurado este jueves en los cursos de verano de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) en Carmona (Sevilla) que en nuestro país estamos viviendo un momento de capacidad creativa literaria de una variedad y una riqueza considerable, aunque no ocurre lo mismo con la infraestructura del mercado literario.
"El tejido que sostiene la industria sobre la que el arte en nuestro tiempo se asienta y que nos sirve para vivir en el sentido material de la palabra está muy tocado, por no hacerlo más melodramático todavía", ha asegurado durante su intervención en el seminario 'Turismo y patrimonio industrial', informa la UPO en un comunicado.
Cobos Wilkins ha señalado que el patrimonio del escritor es un bagaje que se atesora en la infancia y la adolescencia, aunque se enriquece con el paso de los años y de múltiples maneras, desde los lugares en los que se vive o se conocen, las personas que forman parte de nuestra vida, los libros que leemos, la gastronomía.
Por otro lado, el escritor onubense ha manifestado que "en esta sociedad donde impera el poder del dinero por encima de todo, el hombre debería ocupar el lugar que le corresponde, el de la sístole y la diástole del corazón, que es el movimiento del ser humano como tal, porque me importa mucho más esa línea de la sístole y la diástole del electrocardiograma que la línea quebrada de los mercados que acaba, verdaderamente, quebrándonos a todos".
Con respecto al lugar que debe ocupar el escritor en la sociedad actual, Cobos Wilkins ha asegurado que "es muy importante que el escritor y cualquier ser humano con una trascendencia pública y que puede acceder a tener una voz con repercusión en los medios de comunicación, la levante para hacer ver lo que es injusto, denigrante, humillante e indigno del ser humano, al que se está deshollando en este momento. Existen los medios de comunicación, el artículo periodístico, la entrevista en radio o televisión, el blog si es que no se quiere llevar estas opiniones a un terreno estrictamente creativo, como el de la novela".
Por último, ha mostrado su desacuerdo por el hecho de que las humanidades estén desapareciendo de las universidades, al punto que "miran como un bicho raro a quien se dedica a estudiarlas". En su opinión, este hecho desvincula completamente a la persona de aquello que le hace precisamente ser persona, convirtiéndolo en una especie de robot especializado.
"Ya lo sacó Chaplin en la película 'Tiempos modernos', en la que aparecía esa especialización que se ha ido consumando y, por encima, se sitúa el ojo del gran hermano vigilándolo todo. No creo que este hecho sea casual, sino causal, responde sin duda a una voluntad de que no existan personas con una conciencia plena y que el hombre o la mujer del Renacimiento desaparezca. Es cierto que los tiempos son otros, pero la extinción de lo que convierte al ser humano en sensible y pensante, es decir, en una conciencia emocionada y en una emoción consciente, es algo que hay que defender a capa y espada. Lo otro es una línea que conduce al vacío", ha concluido.
