El informe preliminar de autopsia de los tres miembros de una familia fallecidos en Alcalá de Guadaíra (Sevilla) certifica su muerte por parada cardio-respiratoria, aunque la causa última del suceso será determinada por los laboratorios de Toxicología a los que se han enviado las vísceras y otras muestras.
Fuentes de la investigación han informado a Efe de que las muestras han sido enviadas a laboratorios de biología de Madrid y Sevilla para que determinen la posible presencia de toxinas en las vísceras de Enrique Caño, de 61 años, su esposa Concepción Bautista, de 50, y su hija de 14 años.
Las primeras investigaciones, según las fuentes, apuntan a una toxiinfección alimentaria ya que otra hija del matrimonio de 13 años, que permanece ingresada en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla, no presentó ningún síntoma y fue el único miembro que el viernes no cenó lo mismo que el resto de su familia.
Esta chica cenó un bocadillo de jamón, sus padres y hermana comieron pescado -que de momento es el nexo de unión entre los tres fallecimientos- y otros alimentos, han señalado las citadas fuentes.
Todas las posibilidades están abiertas hasta que se conozcan los resultados de las pruebas de laboratorio, algunas de ellas muy complejas y cuyos resultados pueden tardar varias semanas, según las fuentes.
Respecto a la hija de 13 años, las citadas fuentes han señalado que no presentó ninguna sintomatología, si bien los médicos la internaron de manera preventiva en la UCI de Pediatría del Virgen del Rocío, de la que ya ha sido trasladada a planta.
Una vez concluida la autopsia, el Instituto de Medicina Legal de Sevilla autorizó en entierro de la familia.
El informe provisional de autopsia ha sido remitido al juzgado de instrucción 2 de Alcalá de Guadaíra (Sevilla), que ha decretado el secreto del sumario aunque la Fiscalía va a pedir su levantamiento, según han dicho a Efe fuentes judiciales. EFE