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Sevilla

La matrícula SE-1, en 1905 (y II)

Otro hecho significativo durante los años cincuenta fue el aumento, verdaderamente excepcional, del parque de vehículos automóviles, que de 22.974 unidades en 1950 pasó a sumar 50.451 en 1960

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  • Ford T -

Hasta finales de los años cincuenta no fue adoptada en Sevilla la señalización de tráfico aprobada por las Naciones Unidas con carácter internacional. Por entonces, la normativa de circulación era prácticamente la misma que en los años treinta, cuando se publicó el primer Código de la Circulación [1934]. Los primeros semáforos fueron instalados en las avenidas de José Antonio Primo de Rivera y General Queipo de Llano (actual avenida de la Constitución), desde el Banco de España al edificio de Correos, mediada la década. Eran manuales y sólo funcionaban los domingos, festivos y días de Feria de Abril.

Otro hecho significativo durante los años cincuenta fue el aumento, verdaderamente excepcional, del parque de vehículos automóviles, que de 22.974 unidades en 1950 pasó a sumar 50.451 en 1960. Dato aún más significativo en contraste con la regresión que había experimentado la matriculación de vehículos en los veinte años anteriores. Una gran parte del nuevo parque de vehículos, fueron motocicletas y motocarros y pequeñas camionetas, que marcaron el ocaso de los carrillos y las bateas de mano, sistema de transporte medieval que llegó pujante hasta bien entrada la mitad de la presente centuria.

Siguiendo las páginas de publicidad de los años veinte y treinta, podemos conocer los distribuidores de automóviles más acreditados, como Miguel Artemán (Buick), Joaquín Mauri (Dodge Brothers), Auto Ibérica (Morris) y Comercial Auto Tractor (Ford). Los precios de los automóviles eran de 48.500 pesetas para el Peugeot de superlujo 18/75 c.v., sin válvulas, de 6/7 plazas. Y de 8.000 para el Peugeot gran lujo de 4/5 plazas de 10/18 c.v. El Renault “coach” descapotable costaba 12.500 pesetas; el Citroën 8/10 c.v., 8.750 pesetas; el 10/12 c.v., 10.950, y el 15/18 c.v., “pura sangre de la carretera”, 14.250 pesetas. La General Motors ofrecía el Chevrolet (1928)  turismo en 6.170 pesetas, el coupé en 7.700, el “coach” en 7.600, el sedan en 8.300, y el cabriolet coupé en 8.350.

Los automóviles más conocidos en Sevilla durante la primera mitad del siglo XX, fueron los siguientes: Rolls Royce Silver Ghost (1907), Austin Seven (1922), Jeep Willys (1941), Volkswagen Escarabajo (1941), Bugatti Type (1926), Citroën T.A. (1934), BMW 328 (1936), Fiat 500 (1936), Jaguar XK (1948), y Citroën 2 C.C. (1948).

Otras marcas norteamericanas y europeas del primer tercio del siglo tuvieron en España un mercado muy restringido, pero algunos modelos curiosos pudieron verse en la avenida de la Palmera. Fueron los espectaculares automobiles Auburn 851 SC (1935), Brush (1910), Buick Six (1918), Chevrolet Superior Roadster (1924), Cunnigham Speedster (1919), Detroit Electric (1918), Du Pont Tourin (1921), Ford V8 (1932), La Salle (1932), Nash Four (1922), Oldsmobile 43 A (1921), Bentley 4 ½ L (1929), Ford Ten (1936), Singer 10 CV (1912), Peugeot Bebé (1913) y Fiat 508 Balilla (1930), entre otros. 

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