Un ciudadano cubano ha aceptado una pena de cinco años de cárcel por las estafas por valor de 43.428 euros que cometió entre el 2008 y el 2011 en Sevilla contra ocho bancos y Cáritas a través de identidades falsas.
Williams S.M., nacido en La Habana hace 39 años, aceptó la pena de cinco años por un delito continuado de falsedad en documentos oficiales, públicos, mercantiles y privados, otro continuado de descubrimiento y revelación de secretos y uno de usurpación de estado civil, todos ellos en concurso con un delito continuado de estafa.
En la sentencia de la sección séptima de la Audiencia, a la que ha tenido acceso Efe, se le condena a una multa de 810 euros y a pagar una indemnización de entre 3.000 y 5.900 euros a ocho bancos distintos, así como 178 euros a la compañía Orange, 60 euros a la Junta de Andalucía y 18 euros a la empresa de telecomunicaciones Clearwire España.
La sentencia se ha dictado tras el acuerdo alcanzado entre la Fiscalía, la abogada del acusado y el condenado antes del juicio previsto en la Audiencia de Sevilla.
El acuerdo adoptado establece como hechos probados que el condenado, en situación irregular en España, se apoderó en Sevilla desde el 2008 al 2011 de documentación legítima, contratos de trabajo de Vodafoe, Emasesa Tele 2 o Tussam, empresas para las que nunca trabajó.
También se hizo de certificados de retenciones de esas empresas, de pasaportes, documentación oficial de extranjería, certificados de empadronamiento, facturas telefónicas, documentación bancaria con datos de cuentas y movimientos, de compras y partidas de nacimiento.
La documentación era de personas con las que compartía domicilio, de vecinos de calle y de otras personas con las que no tenía relación, sin que no conste en el empleo de fuerza o violencia y sin consentimiento de los titulares, señala la Audiencia.
Con los documentos y un equipo informático que incluía un escáner, el condenado confeccionó documentación con distintas identidades, dos tarjetas de permiso de residencia y pidió préstamos a los bancos para supuestos estudios universitarios.
De Cáritas obtuvo, con estos documentos, ayudas por valor de 2.375 euros y de la Junta un bono cultural de 60 euros, según la sentencia, en la que se precisan 25 operaciones que hizo en bancos y en empresas de telecomunicaciones de Sevilla.
El condenado estuvo en prisión por estos hechos entre el 1 de diciembre del 2011 y el 19 de marzo del 2013.