Agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Sevilla han dado por desarticulada una organización criminal en el marco de una operación que se salda por el momento con diez personas detenidas y otras cuatro investigadas que pertenecerían a un grupo dedicado al robo de cable de cobre, por lo que se les atribuyen numerosos delitos de robo con fuerza en las cosas.
Según detalla este sábado la Benemérita en una nota, en el marco de esta operación se han localizado también dos empresas de gestión de residuos (chatarrerías) que recepcionaban el material robado, una ubicada en Murcia y otra, que carecía de licencia, en Torreblanca (Sevilla), así como se han esclarecido numerosos hechos delictivos y se han incautado tres vehículos usados para el traslado del material sustraído.
Desde principios de año, la Guardia Civil está investigando una serie de robos con fuerza producidos en el interior de instalaciones fotovoltaicas y estaciones de bombeo en la provincia de Sevilla y provincias limítrofes provocando con esto "cuantiosos daños y el consiguiente perjuicio económico a los dueños de las instalaciones", y en este contexto se desarrolla la llamada operación 'Solatec'.
Los agentes detectaron la presunta implicación en los delitos investigados de un grupo de personas de nacionalidad rumana, residentes en San Juan de Aznalfarache (Sevilla), y, en una primera fase de la operación, el mes de mayo pasado, se consiguió detener a tres personas, dos de ellas menores, que fueron interceptadas cuando viajaban en una furgoneta en la que llevaban además de herramientas diversas, unos 300 metros de cable que se comprobó que procedían de una instalación fotovolcaica de Lepe (Huelva).
En una segunda fase, puesto que continuaban este tipo de robos, la Guardia Civil confirmó la existencia de una supuesta organización criminal localizada en un barrio de San Juan de Aznalfarache, cuyos miembros salían prácticamente a diario a materializar los robos, se desplazaban en dos vehículos tipo furgoneta, ocupados cada uno por cuatro o cinco personas, y salían en convoy hacia lugares donde pudiesen sustraer el cable objeto de los robos.
La Guardia Civil comprobó que establecían un punto de reunión, en un núcleo urbano cercano, en el que estacionaban el vehículo destinado a cargar. El otro vehículo lo usaban para recorrer los caminos rurales y acceder a las instalaciones. Una vez detectado su objetivo, presuntamente robaban el cable y lo ocultaban, escondiéndose hasta comprobar si sonaban las alarmas y acudía personal de seguridad. Pasado un tiempo regresaban para llevarse el cable, que normalmente vendían a primera hora del día siguiente, según explica el Instituto Armado, que aclara que la operación 'Solatec' continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones.