La exposición "Sorolla, tierra adentro", integrada por 61 cuadros que podrán verse hasta el 30 de septiembre, muestra en la sala de la Fundación Unicaja en Sevilla la faceta menos conocida de este pintor, "un imaginario español a través del paisaje", alejado del mar y de la luz del Mediterráneo.
La muestra, que ya ha sido vista en Madrid, Toledo, Cuenca y Lisboa, cuenta ya con tres años de itinerancia aunque fue prevista para dos años, por su éxito de público.
Integrada por fondos del Museo Sorolla, la muestra posee un "un elemento sorpresivo", según ha asegurado en conferencia de prensa la directora del Museo Sorolla, Consuelo Luca de Tena, quien ha incidido en que se trata del Sorolla menos habitual, ubicado tierra adentro, a veces enfrentado al paisaje sin figuras.
También un Sorolla "de una gran modernidad que al plasmar algunos paisajes, como los viñedos de Jerez, recurre solo a la luz, al color y a la abstracción para hacer unas composiciones que nadan tienen que ver, sin embargo, con el impresionismo de su época, como también le sucede en sus paisajes urbanos", según ha destacado la comisaria de la muestra, Carmen Pena.
Especialista en la modernización en la pintura del paisaje español, Pena ha asegurado que Sorolla "es un pintor realista al aire libre, que defiende la pintura directamente desde la naturaleza" y que por tanto es capaz de captar la naturaleza y sus fuerzas, desde el viento hasta el frío y el calor porque todos los cuadros de la muestra son "estudios directos".
Además de Velázquez y la tradición paisajística española, Pena ha destacado como influencias de Sorolla en estas pinturas el espíritu regeneracionista del krausismo, de Francisco Giner de los Ríos y de la Institución Libre de Enseñanza, y la del paisajista Aureliano de Beruete, con quien mantuvo una gran amistad.
Aún conviviendo con los regionalismos, el Sorolla paisajista está dotado de "carácter moderno" como demuestran sus visiones de la Castilla mesetaria y esteparia, mientras que en los paisajes urbanos se reservó para los valores patrimoniales e históricos de los grandes monumentos, como se aprecia en uno de los grandes lienzos de esta exposición que muestra Burgos nevado.
En el caso de Andalucía, quedó fascinado por Granada, que visitó en tres ocasiones, en alguna ocasión pasando una larga temporada para pintar sobre todo La Alhambra y desde la Alhambra, como son las panorámicas de Sierra Nevada.
También pintó La Rábida (Huelva), aún rehusando hacer escenas históricas por más que se le encargaran, y los campos próximos a Sevilla, con caballistas y chumberas y, antes que atender a las escenas taurinas en el coso, prefirió retratar el traslado del ganado hacia la plaza o, sencillamente, las dehesas.
Esta es la primera exposición plástica en el nuevo centro cultural de la Fundación Unicaja en Sevilla, tras la celebración de la muestra documental dedicada a los hermanos Machado, una parte de la cual permanece en una sala permanente y, en este caso, con conexión con Sorolla, quien retrató a Antonio Machado, mientras que de su hermano Manuel se conserva un testimonio de haber visitado el taller del pintor mientras pintaba a su hermano.