Es determinante tanto su procedencia como las condiciones de los contaminantes atmosféricos que se registran
No todas las olas de calor afectan de la misma manera a la salud humana y es determinante tanto su procedencia como las condiciones de los contaminantes atmosféricos que se registran en el momento en que esas temperaturas extremas alcanzan un lugar.
Investigadores de la Unidad de Referencia en Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) han publicado en la revista Science of the total environment las conclusiones de un trabajo que ha concluido que el distinto origen meteorológico de las olas de calor se relaciona con su posible impacto en la mortalidad.
La investigación, que ha sido liderada por los científicos de la Escuela Nacional de Sanidad Julio Díaz y Cristina Linares, se ha realizado en colaboración con la Universidad de Alcalá, la Universidad Autónoma de Madrid, el Departamento de Salud de Castilla-La Mancha, la Universidad Técnica de Copenhage, en Dinamarca, y la Agencia Estatal de Meteorología española (AEMET).
Los investigadores del ISCIII han investigado la relación entre el origen meteorológico de las olas de calor y su impacto a corto plazo en la morbimortalidad.
En España -ha informado el Instituto de Salud Carlos III en una nota de prensa difundida hoy- hay principalmente dos situaciones que influyen en la formación de olas de calor: una implica un movimiento de masas de aire cálido y seco que transportan polvo de origen sahariano, y otra conlleva un estancamiento anticiclónico con altas radiaciones solares y estabilidad climatológica.
Los autores han analizado si el impacto de las olas de calor sobre los resultados en la morbimortalidad diaria en Madrid a corto plazo durante los años 2013-2018 varió según el origen de esas situaciones meteorológicas que causaron las olas de calor durante esos años.
Tras estudiar las temperaturas máximas diarias y las concentraciones medias diarias de numerosos contaminantes atmosféricos (como el NO2, PM10, PM2.5 y el O3) y analizar su relación con la mortalidad diaria y los ingresos diarios en urgencias hospitalarias por causas naturales circulatorias y respiratorias, los investigadores concluyeron que el efecto de las olas de calor sobre la morbilidad y la mortalidad depende de esa procedencia.
Los resultados señalan que su impacto es mayor cuando se dan condiciones de estancamiento anticiclónico que cuando se produce un aporte de polvo sahariano hacia la zona afectada.
Además, confirmaron el impacto en la salud de algunos de esos contaminantes (como las PM10 y el O3), que empeoran tanto los ingresos como la mortalidad, y en algunos casos tiene un impacto en la salud mayor que las propias temperaturas máximas.
A partir de estos resultados, los autores de la investigación han recomendado que los planes de prevención sobre altas temperaturas incluyan datos sobre la situación meteorológica que origina la ola de calor.
Han sugerido también que se adopten medidas preventivas integrales contra el efecto combinado de las altas temperaturas y la contaminación, ya que ambos factores influyen en los riesgos para la salud, y en algunos casos su efecto es superior al de la propia temperatura que caracteriza la ola de calor.