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¿Apoplejía? Miremos el ojo

Un dispositivo electrónico que mide los movimientos del ojo puede determinar si la causa de intensos mareos continuos puede ser apoplejía o algo benigno

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  • La clave, en el ojo -

Un dispositivo de cabecera electrónico que mide los movimientos del ojo con éxito puede determinar si la causa de intensos mareos continuos puede ser una apoplejía o algo benigno, según los resultados de un pequeño estudio dirigido por investigadores de Johns Hopkins Medicine, en Baltimore, Maryland (Estados Unidos) y publicado en Stroke.

“Estamos gastando cientos de millones de dólares al año en costosos tiempos de trabajo de empresas que son innecesarios y, probablemente, perdiendo la oportunidad de salvar decenas de miles de vidas porque no se hace correctamente el diagnóstico de un mareo o vértigo como síntomas de accidente cerebrovascular”, explica David Newman-Toker, profesor asociado de Neurología y Otorrinolaringología en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y jefe del estudio.

Newman-Toker dice que si otros estudios más grandes confirman estos resultados, el dispositivo podría algún día ser el equivalente de un electrocardiograma (ECG) como una prueba simple no invasiva de rutina para descartar infarto de miocardio en pacientes con dolor torácico. A su juicio, el uso universal del dispositivo podría “eliminar virtualmente las muertes por diagnósticos erróneos y ahorrar un montón de tiempo y dinero”.

Para distinguir entre una condición más benigna, como el vértigo por un trastorno del oído interno, los especialistas suelen utilizar tres pruebas de movimientos oculares que son esencialmente de esfuerzo para el sistema de equilibrio. En manos de los especialistas, estos exámenes clínicos de cabecera (sin el dispositivo) se han demostrado en varios estudios a gran ser extremadamente precisos, “casi perfectos e incluso mejor que la RM”, señala

Una de esas prueba, la de impulso horizontal, es el mejor predictor de infarto. Para llevarla a cabo, los médicos o técnicos piden a los pacientes que busquen un blanco en la pared y mantengan sus ojos en la meta mientras los médicos les mueven la cabeza de un lado a otro, pero, según Newman-Toker, se requiere experiencia para determinar si un paciente está haciendo los ajustes rápidos oculares correctivos que indicarían una forma benigna de mareos frente a un accidente cerebrovascular.

Para el nuevo estudio, los investigadores realizaron la misma prueba usando un dispositivo pequeño y portátil, una máquina de videooculografía que detecta los movimientos oculares en minutos que son difíciles de detectar para la mayoría de los médicos.

La máquina incluye un sistema de anteojos, similar a las gafas de natación, con una cámara web conectada por USB a un ordenador portátil donde se toma una imagen continua del ojo y un acelerómetro en el marco. Un software interpreta la posición del ojo sobre la base de los movimientos y las vistas de la pupila, mientras que el acelerómetro mide la velocidad del movimiento de la cabeza.

Newman-Toker dice que la prueba puede ser fácilmente empleada para evitar un diagnóstico erróneo de hasta 100.000 movimientos al año, lo que lleva a un diagnóstico más temprano y más eficiente del accidente cerebrovascular y las decisiones de tratamiento para evitar los mareos. Los golpes pasados por alto se traducen en tratamientos con retraso o unas 20.000 a 30.000 muertes o discapacidades prevenibles al año, dice.

Aplicación en móviles

Por ello, entiende que esta tecnología podría algún día ser usado en una aplicación de smartphone para permitir un mayor acceso a un diagnóstico rápido y preciso de los accidentes cerebrovasculares, cuyo principal síntoma es el mareo, en lugar de debilidad de un lado o del habla confusa.

El diagnóstico de accidente cerebrovascular en pacientes con mareos, vómitos, dificultad para caminar y la intolerancia a movimiento de la cabeza es difícil, subraya Newman-Toker. Las causas más comunes son del oído interno, pero muchos médicos de urgencias, según Newman-Toker, les resulta casi imposible decir la diferencia entre las condiciones benignas y algo más grave, como un derrame cerebral, por lo que a menudo se basan en imágenes del cerebro, como una tomografía computarizada, una tecnología costosa e imprecisa para este diagnóstico.

El estudio de este dispositivo se realizó con 12 pacientes que luego se sometieron a resonancia magnética de confirmación. Seis de ellos fueron diagnosticados con accidente cerebrovascular y seis con una condición benigna mediante videooculografía y la RM confirmó más tarde los 12 diagnósticos.

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