Jordi Pujol Ferrusola, el primogénito del expresidente de la Generalitat de Cataluña, no ha recurrido la sanción impuesta por la Comisión Disciplinaria del centro penitenciario de Soto del Real (Madrid) tras trapichear reiteradamente con tarjetas de teléfono de otro interno en el módulo 4 de esta prisión, han informado a Europa Press fuentes penitenciarias.
El hijo mayor de Jordi Pujol ha sido castigado formalmente 60 días por utilizar los códigos de teléfono de otro preso, W.A.O.L, que fue tiempo atrás su compañero de celda. Este interno ingresó en 2016 en Soto del Real y manifestó ante la Jefatura de Servicios que cedió a las exigencias de Pujol Ferrusola, con quien reconoce que "discrepaba en muchos aspectos".
El compañero de celda de Pujol Ferrusola explicó ante los responsables de Soto del Real que ambos discutían, por ejemplo, cuando veían la televisión, ya que el hijo del expresidente catalán le "coaccionaba para cambiar de canal cuando salían informaciones relativas a España".
A pesar de que fueron separados de celda, luego accedió a cederle parte de su cupo de llamadas (diez por semana) y, a cambio, Pujol Ferrusola le regaló una tarjeta de teléfono de cinco euros y otra con saldo ya utilizado.
El intercambio de tarjetas de teléfono es un comportamiento irregular dentro del régimen disciplinario de los centros penitenciarios, de ahí que el hijo mayor de Pujol haya sido castigado una vez que los funcionarios lo sorprendieron el pasado 7 de agosto llamando con códigos de teléfono de otro interno en las cabinas de la planta primera y segunda del módulo cuatro, a pesar de que él ocupa celda en la primera.
Pujol Ferrusola reconoció los hechos ante los funcionarios de la prisión tras ser pillado 'in fraganti' en el uso de los códigos de otro preso. No obstante, esa misma tarde volvieron a sorprenderle haciendo uso de los códigos de otro preso.
Por estos hechos, el hijo mayor de Pujol ha sido sancionado con dos faltas graves que implican la suspensión de actos recreativos durante 60 días. En este tiempo no podrá disfrutar de actividades culturales ni deportivas. Las dos faltas se han justificado por incumplir sus obligaciones como interno y por haberse concertado de forma fraudulenta con otro interno.