El joven y genial músico barbateño, Pablo Castillo, presentará el que es su primer trabajo discográfico, ‘Introducing’, el próximo 4 de mayo en la Peña flamenca de Barbate para luego participar en una Jam Session jazz en La SeDe de La Aurora a partir de las doce de la noche. Pablo Castillo Gómez de la Torre, nació un 16 de julio de 1996. Cursó los estudios de Bachillerato en el IES Trafalgar para posteriormente realizar un Grado Profesional en el Conservatorio de Música Manuel de Falla en la capital gaditana. De ahí se marchó a Holanda donde realizó el Bachelor’s degree in Jazz Trumpet en el Conservatorium van de Amsterdam, lugar donde actualmente está cursando el primer año del Máster.
¿Cómo y cuándo se adentra en el mundo de la música?
–Pues como muchos otros niños encontré mi inquietud en la música tras escuchar a la Banda Municipal de Barbate desfilar tras algún palio en Semana Santa y sentir que yo también quería formar parte de aquello. Creo que tendría que tener unos 11 ó 12 años, justo después de escuchar a la Banda tocar les pregunté a mis padres si podían apuntarme. Creo que es muy importante la figura de las bandas y la labor de formación que hacen. Gracias a las bandas muchos niños encuentran su pasión por la música y aprenden valores muy necesarios.
¿Cómo ha sido su trayectoria desde Barbate hasta Amsterdam?
–En bachiller llegó el momento para decidir qué estudiar en la Universidad y me sentía atraído por algunas ramas, pero algo en mi hizo click y decidí que la música sería a lo que dedicar todo mi tiempo. En el último año comencé con mis estudios de Grado Profesional en el Conservatorio Manuel de Falla. Hubo dos personas que marcaron mi estancia musical en Cádiz: Manuel “Lipi” Calvo, mi profesor de trompeta, y Manolo Perfumo, guitarrista de jazz y músico que me acompaña en mi disco. Gracias a ellos consideré que mi formación superior tendría que ir enfocada en el jazz. Paralelamente iba a Málaga una vez semanalmente al C.A.M.M. y formarme de cara a las pruebas de acceso a los conservatorios superiores. Allí conocí a Julián Sánchez que era mi profesor. Cuando llegó la hora de hacer pruebas de acceso en conservatorios superiores de música no había ninguno en Andalucía y había oído de varios músicos que habían estudiado en Holanda por lo que decidí hacer el examen en Groningen, La Haya y Amsterdam. Tras ser aceptado en las tres, decidí quedarme con la tercera.
¿En qué se basan estos estudios y en qué consiste la Academia?
–Actualmente estoy cursando el Máster en interpretación de Trompeta Jazz. En el máster busco perfeccionar mis habilidades con el instrumento y desarrollarme más profesionalmente. El conservatorio dónde lo realizo forma parte de la Universidad de las Artes de Ámsterdam.
¿Qué instrumentos le atrajeron y por qué eligió la trompeta como centro de su carrera musical?
–No tenía una clara inclinación por la trompeta cuando decidí apuntarme a la banda, cuando llegó el momento de decidir el instrumento quería elegir el saxofón pero cuando llegó mi turno ya se habían acabado todas las plazas y solo quedaban plazas de trompeta y varios instrumentos más, así que elegí la trompeta. Hoy en día siento que es un instrumento que forma gran parte de mi personalidad y me ha dado algunos de los mejores momentos de mi vida.
¿Por qué el Jazz? ¿Ha probado con otros estilos?
–Desde que mi amigo y clarinetista barbateño, Christian Okawara, me enseñó por primera vez un video de Miles Davis tocando So What, quedé fascinado por el sonido que Miles producía con el instrumento. Otra cosa que me apasiona del jazz es el ritmo, “groove” o “swing”, es un elemento fundamental en esta música que me hace querer bailar. Aunque actualmente me desarrollo más como músico de jazz, he tenido y tengo la suerte de encontrarme en otros proyectos dónde toco música de otros estilos. Por ejemplo tocando funk y soul con la banda gaditana ‘The Agapornis’.
¿Qué tipo de música escuchas habitualmente?
–A parte del jazz, me gusta mucho escuchar: flamenco, música clásica, rap, funk, The Beatles…
¿Es complicado hacerse un hueco en el Jazz?
–Tal y como está el mundo de la cultura y lo poco que se consume fuera de lo más ‘mainstream’, creo que es complicado hacerse un hueco en el cualquier estilo. Sin ninguna duda, siendo el jazz un estilo de música más bien de minorías hay que luchar mucho para poder tener cierto reconocimiento.
¿Qué contesta cuando escuchas que hoy el Jazz es considerado un estilo musical elitista, como para gente refinada e intelectual?
–Siendo el Jazz un estilo musical muy amplio, es cierto que hay un sector que enfoca su música en el lado más intelectual de la misma, por lo que el estilo se rodea de esta aura. Para mí, el ‘jazz’, aún siendo creado hoy en día, siempre tiene que ir acompañado del ritmo, melodía y blues, estos tres elementos son audibles y disfrutables por cualquier tipo de público. Estos tres elementos son los cuales los músicos negros afro-americanos mezclaron para dar origen a este estilo musical que llamamos ‘jazz’.
¿Se puede vivir del Jazz?
–Creo que de cualquier estilo de música hoy en día en España se sobrevive más que se vive. Por suerte, en Holanda hay mucho más apoyo a la cultura y muchos más sitios dónde programan jazz en directo que en España por lo que me siento afortunado de que cuenten conmigo muchos programadores y también músicos para tocar la trompeta en sus proyectos. Ser un músico versátil también aporta más salidas profesionales. Trabajando desde un club de jazz a un escenario de festival acompañando a un artista pasando por un estudio de grabación para una banda sonora de película.
¿Cómo es su día a día?
–En mi día a día hay varios elementos que siempre se repiten: trompeta, café, vinilos, clases, conciertos y, con suerte, algo de tiempo libre. Suelo dedicar entre cuatro y seis horas de práctica personal a la trompeta, algunos días a la semana ensayo con algunos de los proyectos de los que formo parte y varios días a la semana tengo actuaciones y clases. Cuando tengo tiempo libre me gusta ver alguna serie o película y hacer algo de skate, que aún me acompaña desde que comencé en Barbate hace 15 años.
¿Echa de menos Barbate? ¿Qué significa para usted? ¿Estaba claro que era Barbate donde quería estrenar su primer trabajo?
–Viviendo en un país tan diferente echo de menos Barbate casi cada día. Aunque vivir en Holanda me aporta muchas cosas buenas, siempre es duro vivir tan lejos de mi familia y del paraíso (risas). Barbate son mis raíces y un orgullo. En ser barbateño está implícito ser una persona luchadora y de principios, por muy lejos que esté de mi tierra, lo llevo dentro de mi alma y en cada nota que sale por mi trompeta. Por esto mismo no podía faltar Barbate en la gira de presentación, muchas gracias a Sergio Román y Peneque de la Peña Flamenca por proporcionar el sitio para que se lleve a cabo el concierto.
Acaba de sacar su primer disco… ¿Cómo lo definiría?
–Pues el álbum es un disco de jazz a la vieja usanza pero con unos aires actuales. Cuenta con una selección de 7 temas. Arreglos originales de standards del American Songbook como Where or When o The Night We Called It A Day y melodías de bebop como Big Foot o Vignette. En el listado de temas hay composiciones de músicos muy influyentes en mí como son: Duke Ellington, Charlie Parker, Barry Harris o Hank Jones. En la grabación del disco le acompañan Alejandro Tamayo al contrabajo, Manolo Perfumo a la guitarra y Carlos Ayuso a la batería. Aparte de esta sección rítmica el disco cuenta con dos invitados especiales completando la formación de sexteto en varios temas, Joan Codina al trombón y Carlos Ligero al saxo alto.
En qué consiste la gira, quién le acompaña y en qué lugares se le podrá disfrutar?
–Pues la gira serán un total de seis conciertos por diferentes provincias de Andalucía y dos conciertos en Badajoz y Mérida. Tengo la suerte de estar acompañado de tres de los músicos que grabaron en el disco. Manolo Perfumo a la guitarra, Carlos Ayuso a la batería y Alejandro Tamayo al contrabajo.
¿Cuáles son sus objetivos a medio y largo plazo?
–A medio plazo diría que terminar con éxito los conciertos que se presentan de cara a la gira y para largo plazo seguir mejorando como persona y como músico. ¡Ojalá vengan muchos más proyectos en los que tocar mi trompeta y muchos más discos!.