APM emprendió el pasado año su plan Dilema de Algeciras, en el que planteó la necesidad de rebajar un 20% global los costes en el puerto algecireño para lograr hacer frente a la oferta dispuesta en la otra orilla del Estrecho en Tánger Med. Entre esas rebajas se encontraba la del sector de la estiba, reacio en principio a hacer más concesiones laborales sin garantías que fijen tráficos al muelle local.
En esa búsqueda de garantías, los estibadores pidieron la mediación de la consejera de la Junta Rosa Aguilar, quien en su viaje a Estocolmo se encontró con la misma postura de la empresa: el mercado no permite aventurar previsiones más allá de seis meses vista, con lo que los tráficos no pueden asegurarse.
La estiba comenzó a sufrir una fuerte presión social, que enrareció el ambiente y caldeó los ánimos de los trabajadores, que entienden que ya realizaron un esfuerzo importante con el convenio vigente. El último capítulo de la disputa fue la sanción a tres capataces que derivó en la paralización de la terminal durante 30 horas. Sin embargo, este desencuentro parece haber sentado las bases de una negociación provechosa.
Desde el grupo danés se percibía cierto optimismo respecto a que los encuentros puedan saldarse con acuerdos satisfactorios. Una sintonía que podría ayudar a recuperar los tráficos desviados a Tánger y que lastraron el crecimiento del Puerto en 2010.