Socialistas y populares abordan este reto entre paradojas y contradicciones, los primeros con el nuevo impulso que imprime un candidato con fuerzas e ilusión y ánimo de campeón y los segundos pendientes de las encuestas que le son favorables, hinchados por los resultados de las municipales pero con un aspirante que no entusiasma ni a propios ni a extraños.
Durante estos días hemos leído artículos de la mano de las erres de nuestros protagonistas, con todos los sustantivos y adjetivos del mundo según fuera la “independencia” del vocero de turno, podía ir desde responsable, realista y resolutivo al ruin, repetido y resbaladizo., porque en esa frase atribuible a William Shakespeare, pero que no empleó en ninguna de sus obras “nada es verdad ni es mentira, todo depende del cristal con que se mira”.
Aunque a los personajes y más en la política hemos de medirlos por lo que dicen y por lo que hacen, y Rubalcaba desde que actúa como la cara que el PSOE presentará a las próximas Elecciones Generales ha logrado una cosa importante, a mi modo de ver, y es que ha recuperado en sus discursos la fortaleza y el impulso del contenido socialdemócrata del que tanto estaban faltos los militantes y simpatizantes de esta gran organización, mientras que Rajoy cuando se calienta o le da cuerda Aznar nos ofrece lo más auténtico del mensaje neoconservador y ultraliberal.
Creo también que el efecto Rubalcaba y el Rajoy son muy distintos en sus secuelas, el primero promete aquello que puede cumplir, el segundo no sabemos que nos ofrece porque aunque le gustan los recortes y las privatizaciones, y adora las medidas Cameron, procura tener ocultas sus intenciones y si alguna se le escapa siempre sale al paso uno de los suyos que los desmiente o matiza.
Se ven uno a otro de forma muy distinta, Rubalcaba sabe donde están sus adversarios, Rajoy define a los socialistas como a sus enemigos, cuando tal vez ambos como demócratas deberían luchar en muchos aspectos juntos, para combatir que nadie sienta miedo por defender sus ideas y que no sea victima de la inseguridad, la injusticia, la intolerancia y la desigualdad.
Mientras que Rubalcaba se ha implicado con lo que tanto trabajo nos ha costado conseguir en el Estado de Bienestar en nuestro país, defendiendo públicamente nuestros sistemas educativo y sanitario , diciendo que de cambiar leyes nada de nada y de firmar papelitos en los que los ciudadanos tengan que pagar algo menos de menos, Rajoy ha enseñado la patita tímidamente aludiendo a que pagaremos el Estado del Bienestar que podamos , en tanto que en las Comunidades Autónomas en las que gobierna el PP, asistimos a un desmantelamiento progresivo de lo público a favor de lo privado.
En este combate político al que vamos a asistir en los próximos meses entre Rubalcaba y Rajoy, lo mejor de Alfredo es como dice Javier Solana él mismo, por que sabe escuchar, hacer y explicar, lo de Mariano es muy difícil de saberlo, ya que cuando gobernó, no parecía oír muy bien, en lo que hizo podríamos tomar como ejemplo el Prestige y comunicarse más bien regular, ya que no sabemos casi nunca si sube o si baja.