Las asociaciones de víctimas han reprochado la ausencia de un acto institucional y unitario que sirviera de homenaje a las 191 víctimas de los atentados y a sus familias.
La celebración por la tarde en el Auditorio Nacional de un concierto presidido por los Príncipes de Asturias y que contó con la asistencia de representantes del Gobierno, de la oposición y de la mayoría de las instituciones del Estado, no acalló las quejas de las víctimas por el “olvido” y la “manipulación” de la que son objeto.
“Toda la sociedad española, de alguna manera, está con nosotros en este momento”, subrayó la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Maite Pagazaurtundúa, antes de que las 2.300 personas presentes en el Auditorio Nacional se unieran para guardar un minuto de silencio.
El silencio dio paso al concierto. La obertura de Los esclavos felices, de Juan Crisóstomo de Arriaga, y piezas de Robert Schumann y Joseph Haydn componían el programa de este homenaje musical.
La presidenta de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo, Pilar Manjón, criticaba también el “olvido institucional” que han sufrido en el quinto aniversario de la masacre.
“El olvido sería su segunda muerte”, manifestó Manjón durante un acto de homenaje en la calle Téllez –escenario de una de las explosiones– en el que se depositaron 191 rosas blancas en recuerdo de las 191 víctimas mortales en los atentados.
“Es una pena y una vergüenza que una vez más los políticos hayan antepuesto sus intereses al apoyo a las víctimas”, apuntó la vicepresidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Ángeles Pedraza, que hace cinco años perdió a su hija en los atentados.
También quiso mostrar su “incomprensión” ante la actitud de la clase política la directora de la Fundación Miguel Ángel Blanco, Cristina Cuesta: “No entiendo que no se haya hecho un homenaje compartido y que los políticos no hayan podido aparcar sus diferencias”.
La jornada de homenajes comenzó temprano en la Puerta de Sol, con un acto organizado por la Comunidad de Madrid, del que se ausentaron los dirigentes del PSOE en protesta por el cierre de la comisión de investigación por el caso de los supuestos espionajes en la Comunidad.
La presidenta, Esperanza Aguirre, lamentó que los socialistas hayan “mezclado las discrepancias políticas” con los actos de recuerdo a las víctimas del 11-M.
La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, fue más allá y tachó de “indignante y mezquina” la actitud del PSOE.
En respuesta, el líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, dejó claro que para su partido “las víctimas están por encima de todo” pero que el Grupo Socialista de la Asamblea decidió ayer, con el “total respaldo” de la dirección del partido, no asistir a ningún acto más de la presidenta madrileña Esperanza Aguirre.
Los socialistas sí asistieron al acto celebrado en el monumento a las víctimas del 11-M en la estación de Atocha organizado por el Ayuntamiento de Madrid.
El alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, y la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, colocaron una corona de laurel y guardaron cinco minutos de silencio en la cripta del monumento.
Tanto el Congreso como el Senado guardaron sendos minutos de silencio al inicio de la sesión de este miércoles.
En la Cámara Baja, el presidente, José Bono, pidió a todas las personas que se encontraban a las nueve de la mañana en el salón de sesiones que guardaran “un respetuoso” minuto de silencio para honrar la memoria de los fallecidos en el peor atentado terrorista de la historia de España.
Se encontraban en el hemiciclo el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el líder de la oposición, Mariano Rajoy, la mayoría de los ministros, así como la práctica totalidad de los diputados.
La escena se repitió en el pleno del Senado, cuando su presidente, Javier Rojo, pidió a los senadores que guardaran un minuto de silencio “en memoria de las víctimas del terrorismo y contra esta lacra social que hace cinco años hizo que muchos españoles perdieran la vida”.